
Existen muchas perspectivas para el análisis de las obras teatrales, desde los personajes, los tópicos, el espacio, entre otros. En este trabajo me centraré en el análisis de tópicos presentes en el teatro chileno contemporáneo, específicamente el tópico de la Marginalidad presentes en las obras de Juan Radrigán, Andrés Pérez, Alfredo Castro, Egon Wolff, Ictus y de David Benavente y el TIT.
El estudio de la marginalidad se puede realizar de diversas perspectivas, la primera y más obvia es aquella en que los personajes son apartados de la sociedad o rechazados por ella por su precaria condición social. Otra perspectiva desde la cual podemos asumir que un personaje es marginal es porque posee se aleja de las normas socialmente impuestas, transformándose en una minoría social. La marginalidad está dada también por pertenecer a una minoría sexual, por problemas sociales como el abandono de un niño, por sentirse excluido de la sociedad, por encontrarse en un país distinto, lo que me hace ser marginal frente al resto de las personas de ese lugar.
En general el tópico de la marginalidad puede darse en muchos sentidos las distintas miradas presentes en los autores ya mencionados serán el eje central en este trabajo, además del análisis de cómo afecta a los personajes de una obra teatral y a quienes les rodean es el punto central de mi análisis.
En primer lugar realizaré un análisis de la Marginalidad en obra de Radrigán, centrándome en El loco y La Triste[1]. Esta obra de Radrigán, estrenada en el año 1980, trata de la historia de una mujer llamada Eva, y de Huinca un hombre vagabundo caracterizado por la soledad y que ha dedicado su vida al alcohol. En estas obra los personajes principales se caracterizan por ser marginales de la sociedad, esto en todos los sentidos, pues son personajes que no poseen bienes materiales y que además han tenido un mal pasar en sus vidas, y sumado a esto se agrega la soledad en la que han vivido.
Sin duda quién lucha por salir de esta marginalidad es Eva, ella desea tener su propia casa, saber que se siente, poder decorarla de acuerdo con sus gustos, pero Huinca trata de traerla a su realidad. Eva es una prostituta, condición que ya la sitúa al margen de la sociedad, además de esta mujer posee un defecto en su pierna, y ya no está en sus mejores años para trabajar, por lo que puedo señalar que no sólo es marginal por su condición de prostituta, se transforma en marginal dentro del ambiente en el que se desenvuelve, pues según lo señala el propio personaje Huinca existen otras prostitutas más jóvenes y sin defectos físicos que los clientes preferirán.
Estos dos personajes son excluidos y rechazados por la sociedad, a nadie le importa que dentro de aquella casa estén estas personas, y que al derrumbarla morirán, lo que refleja completamente su condición de seres marginados. El destino une a estos personajes y al final de la obra Huinca pide a Eva que se casen para no seguir sintiéndose sólo en lo poco que le queda de vida.
El modo de fuga de esta marginalidad para Huinca ha sido el alcohol, pues de esta manera puede olvidar, pero sin duda aquello que más le afecta es su soledad, es por esto que le pide a Eva que se casen, sin pensar en que su muerte está próxima, él lo sabe pues está muy enfermo, pero no quiere salir adelante, no quiere atención médica, y prefiere que la muerte llegue en cualquier momento.
La condición de marginalidad implica en estos personajes una especie de muerte pues no poseen una gran importancia para la sociedad, aunque estén vivos no existe nadie que se preocupe por ellos, y cuando alguien le ve los trata como seres marginales a los cuales es mejor tener en la cárcel, sobretodo en el caso de Huinca.
La marginalidad en estos personajes se percibe también en su vestimenta y en su lenguaje, característico de las clases inferiores. Puedo señalar que en la obra la muerte de estos personajes también sirve como modo de fuga de esta marginalidad, pues así los personajes dejan por completo esta condición, y según ellos pueden dejar de sufrir.
El tema de la marginalidad en la obra de Andrés Pérez, lo analizaré a partir de su obra Nemesio Pelao, dime, Por Dios, qué te ha pasado[2], puesta en escena de la compañía Gran Circo Teatro, el año 1999. Haciendo una pequeña síntesis, puedo señalar que la obra muestra la historia de un niño nacido en el sur chileno, en la década del 30, que por distintas razones su madre no sabe quién es su padre. Su paternidad se ve disputada entonces por dos hombres, lo que causa en Nemesio una gran frustración en su vida desde muy pequeño. Cuando ya es casi un adolescente, decide irse, y olvidar su pena viviendo varias situaciones. Con el tiempo, la historia se repite y es él quien debe defender la paternidad de su propio hijo frente a otro hombre.
Nemesio al no saber quién es su padre se convierte para el resto en un huacho, es decir en un ser marginal, lo que lo obliga a huir y tratar de buscar sus raíces e identidad para logar salir de su condición de marginalidad. La marginalidad en este sentido es apreciable desde la infancia de Nemesio pues al no saber quién es su padre, se transforma en un ser distinto para la sociedad de la época, pero su historia no queda allí pues ésta se repite para el hijo de Nemesio.
La marginalidad también puedo analizarla desde la perspectiva de la madre de Nemesio, pues no era común para la época que una mujer no supiera quién era el padre de su hijo. Las mujeres que poseen esa condición en aquella época (la obra está ambientada en los años 30) no eran aceptadas por la sociedad, por lo tanto se transforma en una mujer que transgrede las normas sociales generando su propia condición de marginalidad y además heredándole esta condición a Nemesio.
En esta obra la marginalidad en cuanto a la madre de Nemesio es buscada por ella, sin embargo en Nemesio es traída desde su nacimiento y su única solución es encontrar a su padre para eliminar todos los complejos que lleva producto de este estado.
De la obra de Egon Wolff he seleccionado La balsa de la Medusa[3], estrenada por primera vez el año 1984. Esta obra relata la historia de de un grupo de personas de alta clase social que van de visita a la casa de Leonardo y por un atentado deben permanecer por diez días en ese lugar. La casa está ubicada en un lugar periférico de la ciudad, un lugar marginal, sin embargo la casa, esta casa posee grandes comodidades que los personajes irán conociendo a medida que avanzan los días.
A la casa de Leonardo entran muchas veces personas pobres que mendigan en aquel lugar, a penas el dueño se descuida ellos aprovechan para entrar en aquel lugar, lo que provoca el rechazo de los invitados de Leonardo pues ven en ellos a personas distintas que no deberían estar ceca de ellos.
La marginalidad se expresa en estos personajes por su forma de vestir, por el hecho de mendigar en la casa de Leonardo. Pero sin duda hay una escena vista por Emilia, una de las mujeres visita esta casa, según ella vio que la pobreza en este lugar era extrema tanto que niños comían las tripas de un perro muerto, escena que el resto de los invitados no quiso mirar.
A todos los invitados les parece que es un lugar muy extraño, sienten que no deberían estar ahí, en alguna ocasión señalan que para llegar a aquella casa tuvieron que cruzar pantanos y barrios muy pobres a los que ellos no estaban acostumbrados a entrar.
En esta obra se denuncia la poca conciencia social de la clase burguesa pues no se preocupan del trasfondo social de estos personajes marginales, sin duda prefieren no ver la real situación en que viven muchas personas antes que intentar ayudarlos, ellos prefieren seguir divirtiéndose y pensar en cómo están sus hijos en sus lujosas casa en vez de ver la realidad que les rodea en ese momento.
Los pordioseros del barranco, como se menciona en la obra a los personajes marginales, son personas que buscan una oportunidad para alimentarse, y la buscan en el único lugar que tienen al alcance, la casa de Leonardo. Para los invitados de la cas esto representa una verdadera invasión, por lo que Conrado intenta hacer lo posible para alejarlos y que los invitados no se sientan mal en el lugar que le ha tocado estar por algunos días.
Estos pordioseros reconocen que los demás personajes poseen una mejor condición y saben que aunque estén llenos de lujos, los invitados no pretenden compartir nada con estos pordioseros. La marginalidad se percibe en ellos también por su característica de portar grandes bolsas llenas de desperdicios, sus ropas son harapos y además están sucios, lo que provoca un total rechazo en quienes los ven.
Los movimientos de los pordioseros son grotescos y amenazantes, lo que provoca aún más rechazo cuando se acercan a la casa. Además carecen de buenas conductas cuando están dentro de la casa pues suben a los sillones, saltan, arañan las puertas, y causan destrozos, Leonardo, el dueño de la casa prefiere arrancar de ellos, esconderse para no tener que presenciar sus malas conductas y delega este función a su mayordomo, Conrado.
De la compañía del teatro de la memoria, en dirección de Alfredo castro me remitiré al análisis de la obra Mano de Obra[4], estrenada el año 2003, esta obra trata de un grupo de empleados de un supermercado que comparten una casa e instalan un simulacro de comunidad de emergencia. Estos personajes han sido sometidos a pésimas condiciones de trabajo, es por esto que se ven obligados a compartir esta casa, viviendo hacinados dentro de ella y en condiciones precarias.
Existe entre estos personajes la preocupación por la posibilidad de quedar cesantes, lo que les transformaría en personas marginales que tendrían aún mayores dificultades económicas. Ellos están sobreviviendo en el sistema, con la ferocidad de una entidad vinculada por el desamparo, en la cual los afectos, las lealtades y la solidaridad, como valores del humanismo, se han perdido.
Los personajes se caracterizan por estar en un constante estado de nerviosismo y de estrés, lo que suscita una pésima convivencia entre estos trabajadores. La amenaza se siente en el ambiente de los trabajadores del supermercado, el stress de la venta, de ser promovido o destinado a la sección de "los infames", y sumado a todo esto el que los maltraten sus propios clientes y por ende también sus patrones forman parte de sus tristes vidas. Todo esto gatilla en que su marginalidad sea más apreciable, son seres inferiores para sus patrones, y además para sus clientes, es por esto que la marginalidad se va apoderando cada vez más en este modo de subsistencia que han adoptado.
Dentro de la comunidad, se provocan engaños, mentiras, violencia física y verbal, alcoholismo. Todos estos rasgos los van alejando cada vez más del centro de la sociedad, los personajes se van configurando sus vidas a partir de la mediocridad de sus sueldos y de su imposibilidad de solucionar sus conflictos y su condición laboral, lo que genera más marginalidad en la obra. Este tópico también está dado en la obra porque los personajes que temen a la cesantía es una marginalidad a punto de llegar, estos individuos ven en su trabajo un modo de opresión y de esclavitud.
La tensión sube y sube mientras los sueldos se reducen, las traiciones proliferan y surgen nuevos líderes. Todos estos aspectos generan que la marginalidad se aprecie cada vez más en ellos, ya no es sólo la vivienda precaria, ya no es sólo su condición de inseguridad laboral, sino que también se va asumiendo emocionalmente la marginalidad de los personajes.
Los trabajadores de este supermercado (la cajera, la promotora, el guardia de seguridad, el escolar que pone todo en bolsas, el jefe de bodega, el reponedor etc.) son dependientes del consumo de los demás, es por esto que los clientes se sienten con el derecho de tratarlos como seres inferiores pues si ellos no compran no hay trabajo, y los personajes necesitan trabajar para poder combatir el hambre.
Los trabajadores del supermercado son traicionados por su líder Enrique y quedan sin trabajo, por lo que deciden lanzarse a la indigencia, aceptando su marginalidad, sin luchar por salir de ella y aceptando su marginalidad como modo de subsistencia.
En esta obra la marginalidad se va apoderando poco a poco de los personajes, que en un principio se resistían a esta condición, pero que debido a las circunstancias deben aceptarla, pues no encuentran una mejor solución a sus problemas laborales, lo que lleva consigo la transformación no sólo de una condición de económica, sino también anímica.
En relación con la compañía de teatro Ictus me referiré a la obra Lindo País Esquina Con Vista al Mar[5], que fue estrenada por primera vez en el año 1979. En esta obra la marginalidad se da en diversas perspectivas, pero hay dos que sin duda llaman mucho mi atención. Estas son en el primer cuadro titulado Ángeles negros y el quinto cuadro llamado Toda una Vida.
El primer cuadro los personajes Clarisa y Alfonso, personajes pertenecientes a la alta sociedad, están disgustados por que se perra regalona, Pilola, está enamorada de un perro marginal, el Negro. Ellos a pesar de que Clarisa y Alfonso se opongan igual quieren estar juntos, por lo que al final del cuadro Alfonso los mata con un balazo.
Pilola es tratada por sus amos como una hija, a la que no quieren dejar relacionarse cualquier perro de la calle, todo esto puedo interpretarlo como una alegoría de la realidad, pues las personas de una mejor condición socioeconómica no permiten que sus hijos se mezclen con persona inferiores a ellos. En esta obra Alfonso y su esposa intentan separar a estos dos perros de distintas maneras incluso utilizando la violencia, pero sin embargo estos dos perros logran estar juntos. Al ver esta situación Alfonso no puede soportar que su perrita de raza muy fina esté con este perro y en un momento de desesperación mata a negro, y luego, ve que Pilola está furiosa y también le dispara, terminando con toda la posibilidad de desprestigio de que su perra esté con aquel perro marginal.
Algunas de las diferencias claras que aparecen en la obra son que Pilola está inscrita, en cambio Negro, no lo está, además esta perra pertenece a un hogar bien constituido, en cambio Negro es un perro de la calle. Por este hecho los personajes quieren enviarlo a la cárcel (perrera), y toda la situación causa una desesperación en la familia.
El tema de la marginalidad en este cuadro es clave, pues a través de este la historia logra encontrar su sentido, la clase alta no puede estar con seres marginales, ellos hacen todo para impedirlo, sin importar consecuencias, en Negro la marginalidad se expresa en todos los sentido, pues al pobre perro ni siquiera sabe bailar, lo que lo hacer ver con mayor inferioridad frente a Alfonso y Clarisa.
El quinto cuadro, trata la historia de un viejo, que está en un sanatorio psiquiátrico, pues tiene severos problemas de memoria, y relaciona hechos antiguos como si estuvieran ocurriendo en el momento. La condición de marginalidad en este cuadro está dada no por una condición social, sino por ser diferente al común de la gente, esto es tener problemas psicológicos la sociedad en general se olvida de ellos, no poseen voz como el resto de las personas, me refiero a que no pueden tomar decisiones sobre su propia vida, no pueden tener un trabajo, y son destinados a lugares que ni siquiera ellos pueden decidir, por lo tanto para la sociedad lo que ellos piensen y hagan no tiene real importancia, pues no tienen las capacidades mentales para discernir sobre sus actos.
Dentro de la obra se presentan personajes aparentemente cuerdo, por ejemplo Marilin, que es una enfermera del sanatorio, pero se convierte, desde mi perspectiva en un ser marginal producto de su constante característica de fingir creer en las locuras de Eustaquio, se transforma también en una loca, pues esto es lo que percibe Leontina, la otra enfermera.
Estas enfermeras pasan por un estado de crisis en la obra producto de que saben que ya no son muy jóvenes y les amenaza la posibilidad de cesantía, hecho que la convertiría totalmente en seres marginales, pues al no tener un trabajo su vida se transforma y tendrían muchas necesidades. Sin duda en este cuadro la marginalidad puede pasar no sólo por un estado de pobreza en cuanto a lo económico sino también por diversos estados como la locura, y el abandono.
Se pude una conexión entre esta obra y Mano de Obra del teatro de la memoria, pues en ambos casos la posibilidad de cesantía, se manifiesta como condición de posible marginalidad, en el caso de las enfermeras en por su edad, pues en ese sistema laboral la situación estaba cambiando y se desea personal joven y de buena presentación para atender a los enfermos y ellas no reúnen esas condiciones de las enfermeras.
La obra teatral Tres Marías y una Rosa[6], de David Benavente y el TIT, que fue puesta en escena por primera vez en el año 1979, nos plantea el tópico de la marginalidad a través de la historia de María Ester, Maruja, María y Rosa, ellas son mujeres de baja condición social y que sus maridos no tienen trabajo, lo que hace que ellas necesiten buscar nuevas alternativas para poder llevar el sustento a su hogar. Su marginalidad se expresa en todos los sentidos pues son mujeres que no se moldean a lo socialmente establecido para la época. Ellas rechazan su condición pero sin embargo no pueden salir de ella, pues no tienen mejores opciones que el trabajo artesanal, es decir el bordado de arpilleras con temas típicos de nuestro país.
La condición de marginalidad no sólo se expresa en su clase social, sino también en la utilización de su lenguaje, lo que nos hace percibir que estas mujeres tienen una escasa educación, y también se refleja en su vestimenta que es acorde a su condición, pues al no tener un buen trabajo deben vestirse precariamente, lo que acompaña muy bien su condición de marginalidad.
El Personaje Rosa, por ejemplo, debe mantener a su familia, a pesar de que su marido tiene trabajo, pero el problema radica en que en su empresa le pagan con juguetes pues la situación en ese lugar es muy mala, por lo que la familia de Rosa está pasando hambre y sólo encuentra una real solución en este trabajo artesanal.
Otro de los aspectos en los que puedo dilucidar la marginalidad es la ambientación, el lugar donde se sitúa la acción, esto es un en barrio marginal, una población en un sector urbano. El hecho de que sea un población ya posee en sí cierto grado de marginalidad, pues cuando se habla de este tipo de barrios inmediatamente se piensa en personas de baja condición social. Pero creo que sin duda estas mujeres no se dejan vencer por las adversidades que se le presentan, pues saben que su trabajo es necesario y que las arpilleras serán vendidas en el extranjero, lo que les hace sentirse, en cierto grado, importantes.
Por último, en esta obra se señala muy bien que para pertenecer a este grupo de artesanas es necesario ser un personaje marginado laboral y socialmente, las protagonistas se caracterizan por pasar hambre, tener esposos cesantes o ausentes, y a esto se les suma su poca educación, lo que no les permite optar a mejores opciones de vida.
A modo de conclusión puedo señalar que en el teatro chileno contemporáneo el tópico de la marginalidad es un tema transversal, que pasa no sólo por una condición social, sino por un modo de abandono de lo tradicionalmente establecido, por un tipo de fuga de la realidad y por la negación de aceptar una realidad de la cual es imposibles escapar.
Muchas veces se acepta la marginalidad en modo de rechazo frente a la realidad, pero sin duda esta condición en muchos casos no se elige, este es el caso de las personas con problemas psicológicos o que han sido abandonados. En muchos casos se entabla una lucha por salir de esa condición pues existen muchos motivos por los cuales se debe tratar de salir adelante, ya sea por los hijos, por el hambre (como en Tres María Y una Rosa).
En obras como las de Egon Wolff el teatro serviría de denuncia en contra de la clase burguesa y su poca conciencia social, frente a las clases más desprotegidas. La marginalidad como problema de nadie. Pero sin duda frente a esta circunstancia otros prefieren la muerte, como en el, caso de El Loco y la Triste, donde podemos ver reflejadas las injusticias de la sociedad, la despreocupación por lo que le sucede al resto de las personas, ellos están muertos en la conciencia de la sociedad pero ahora tendrán la muerte física que será la etapa donde según ellos tendrán una vida feliz, pues ya no habrá injusticias y es por este motivo que reciben la muerte cantando y bailando.
Es interesante analizar las diversas perspectivas de la marginalidad en el teatro, y qué factores intervienen en ella. Desde los distintos ámbitos de la marginalidad puedo señalar que poseer la condición de marginalidad hace que para el resto de las personas estos seres no existan, como ya mencioné anteriormente esta condición no se da sólo por pertenecer a una determinada clase, sino por diversos factores. Independiente de cuáles sean estos factores la marginalidad provoca una muerte en vida, pues se olvida en muchas ocasiones de los personajes que están pasando por esta etapa de sus vidas, y en muchos casos son objetos de burlas y menosprecios.
[1] Juan Radrigán. Hechos Consumados, teatro en 11 obras. Lom Ediciones 1998. Santiago de Chile
[2] En línea: http://www.grancircoteatro.cl/nemesio.htm
[3] Egon Wolff. Antología de obras teatrales. Consejo Nacional de Fomento del Libro y la lectura. Santiago, 2002.
[4] En línea: http://www.teatrolamemoria.cl/archivo_historico.html
[5] Teatro chileno contemporáneo, Antología , España, 1992
[6] Teatro chileno contemporáneo, Antología , España, 1992
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