Este cuento, no presenta a un personaje que como forma de entretención y sin ningún otro motivo aparente decide adentrarse en la contemplación de sí mismo. Este personaje, del cual desconocemos su nombre. Se no presenta como u hombre común y corriente, y sin mayores ambiciones y que decide de un día a otro un pasatiempo que en un principio era inofensivo y que paulatinamente se torna en un hecho paranoico que deja entrever su mal estado psicológico.
Sin imaginar como acabaría este juego, cada día se apasiona más por observar hechos tan increíbles como: “contemplar tuberculosamente la luna llena mientras orinaba en la llanta de un lujoso automóvil ajeno”. Tal vez observarse a sí mismo no estaría mal como punto de reflexión, pero esta actividad, no tiene este fin, poco a poco se transforma en una obsesión, que no le permite ver nada que no tenga relación con él.
A partir de la lectura podemos percibir como el personaje obsesionado con saber más sobre sus reacciones y al punto de llegar a considerarse sospechoso de algo que era necesario averiguar, dejando de lado aquellas cosas que lo rodean, y aquellas actividades que acostumbraba a realizar. En cambio, el protagonista se satisface en observar las extravagancias de su propio comportamiento, transformándose él mismo en su objeto de estudio. Ya no es sólo un juego o pasatiempo, y aunque intente dejar esta actitud, para él es de mayor interés descubrir en sí aquello oculto, y que en sus escritos podría haberse develado, hecho que no ocurre.
El protagonista se da cuenta de su obsesión, y de los cambios que ha experimentado a partir de esta nueva “entretención”. Cito textual: “Después de haber tratado incluso de inculparme deslizando entre mis papeles, manifiestos y proclamas que nada tenían que ver conmigo”. Este hombre, poseído por su enfermedad, no enfrenta su situación, sino más bien sigue sumido en ella, y entra en el colmo de la obsesión secuestrando su objeto de estudio: él. Siendo su único intento frustrado la tortura.
Es posible a partir de lo señalado decir que el protagonista de este cuento posee una doble personalidad, que podría interpretarse como investigador/objeto investigado o como acosador/acosado, torturador/torturado, en cualquiera de los casos no existe un “vencedor” o un “derrotado”, pues en la medida que avanza el cuento, siempre están presentes ambas facetas del protagonista, pues este cuento no concluye como él protagonista lo hubiese esperado, con la evidencia de su culpabilidad y su posterior castigo, pues a pesar de la tortura no logra develar aquella declaración de su culpabilidad.
jueves, 25 de diciembre de 2008
sábado, 22 de noviembre de 2008
La hibridez de los personajes míticos en el teatro contemporáneo
El trabajo de Alonso de Toro Introducción: Teatro como discursividad espectacular-teórico-cultural-epistemológica-mediática-corporal analiza temáticas como la teatralidad, escenificación, temas más amplios como la postmodernidad en el teatro, el cuerpo, la postcolonialidad o la hibridez, ubicados en parámetros de la teoría de la cultura. También este texto se refiere a temáticas sobre la alteridad, identidad y del género, de aspectos mediales, históricos, políticos, antropológicos y transculturales. Los enfoques expuestos son principalmente transcultural, transmedial y corporal, con los cuales intenta definir el teatro, no sólo como un espectáculo, sino también como fuente de conocimiento.
El primer término analizado por De Toro es la Postmodernidad en el teatro, éste entendido como una “plurimedialidad espectacular”, que posee carácter autorreferencial en el que se acentúa la espectacularidad conectada a distintas tradiciones, que son recodificadas en un nuevo contexto, que se concreta en el teatro. Es por esto que podemos decir que el teatro actual deconstruye y las antiguas temáticas, donde su significación será concretada por el espectador. Existen cuatro niveles sobre los cuales se puede definir el teatro postmoderno, estos son: un ‘teatro plurimedial o interespectacular’, un ‘teatro gestual kinésico’, un ‘teatro de deconstrucción’ y un ‘teatro historizante’. Además de estos aspectos podemos encontrar varias opciones hibridas o mixtas.
Según el autor en cada obra a la vez se está cuestionando y reflexionando sobre el lugar de partida del acto espectacular. En el teatro postmoderno también se caracteriza por su fragmentación, predominancia del significante, reiteración, desjerarquización de los códigos clásicos teatrales, entre otras, las que permitirían una multiplicidad de interpretaciones. En este tipo de teatro también deconstruye el significado en cuanto a que los personajes mitológicos o legendarios pasan a formar parte de un plano más íntimo, esto incluiría también la recodificación de las temáticas, con lo que se produciría un constante cuestionamiento.
El término Postcolonialidad se refiere a una forma de relectura de la historia que trata de superar tanto aspectos esencialistas como hegemónicos, provocando un entrecruce de culturas. Se preocupa también tratar problemas dentro de una estética semiótico-epistemológica, como un discurso subversivo. Las obras son reinterpretadas desde un ámbito historicista con nuevos códigos lingüísticos, sociales y culturales, que van en contra de los códigos tradicionales., incluyendo temáticas como la marginalidad, la otredad, la alteridad, entre otros.
La Hibridez al servicio del teatro, sería un proceso de mezclas que no es reducible a unidades armónicas, y serviría para generar un constante movimiento en la construcción de significados. Es una categoría que deconstruye sistemas antropológicos, históricos y de género tradicionales, donde la ‘transmedialidad’ y el ‘cuerpo’ se establecen como objetos de representación. Las obras teatrales serían entonces un modelo multicultural en el que se refleja la historia de la sociedad, caracterizado por la fragmentación y segmentación en las imágenes presentadas y en el contenido, sin una relación de unidad aparente.
Los textos teatrales en este sentido están constituidos por elementos visuales, textuales, musicales, cinematográficos, etc. yuxtapuestos en el guión teatral, los que formarían parte de una gran variedad de significados en una obra en la que el espectador es quien construye el significado, por lo tanto, la hibridación teatral implica una ruptura permanente.
Otro de los puntos relacionados con el teatro que De Toro analiza es el Cuerpo, el que se percibe en el teatro como un artefacto híbrido-medial-espectacular, que forma parte de un contexto postmoderno que constituye la materialización de la pieza teatral, pues en él se concreta el deseo, sexualidad y el poder, y todo lo que esto conlleva. Es una fuente de conocimiento, en el cual se plasma la espectacularidad, a través de él se lleva el mensaje al espectador, lo que implica interacciones en vivo.
Por último, la temática de Teatralidad es entendida como cualquier representación estético-artístico-lúdica realizada con el cuerpo y a través de una serie de elementos que ponen en relieve su carácter ritual-artístico. En este sentido poseen un carácter secundario aquellos elementos de naturaleza lingüística o no lingüística empleados en la realización de una acción. Algunas técnicas de representación usadas en el teatro son el montaje, collage, representación de danza, maquillaje, medios electrónicos, mitos, tradiciones, fragmentación, etc. que cumplirían funciones estéticas, políticas, reflexivas o críticas. La teatralidad posee un alto grado autorreferencial, que permitiría constatar rasgos de la vida cotidiana, lo que conlleva una identificación por parte del espectador. El concepto de ‘teatralidad’ implica un intercambio comunicativo, caracterizado por diversas y simultáneas formas de representación.
En la antigüedad, con los griegos, el teatro era un género puro, que no permitía mezclan de ningún tipo, la comedia y la tragedia eran géneros con finalidades completamente distintas, por lo que no se podía incluir episodios trágicos dentro de la comedia o episodios alegres dentro de la tragedia. Sin embargo en la actualidad esta pureza de género no es tal, pues la hibridez en el teatro se puede dar en distintas áreas, por ejemplo en el género, el estilo, en la construcción de sentidos, en las temáticas e incluso en los personajes. Este último punto es el central en mi análisis, pues quiero enfocarme en la relación que se puede establecer con respecto del historicismo frente a la cotidianidad.
Las culturas siempre han tenido la necesidad de crear grandes personajes a los cuales se les puedan atribuir características inhumanas, que todos desearían tener, pero que sin embargo se hace imposible. Pero ¿qué sucede si de pronto nos encontramos con que aquellos héroes sienten y actúan igual que el común de la gente? Lo más lógico es que se destruya el mito. El teatro postmoderno a tomado las temáticas clásicas transportando a sus personajes a escenas más íntimas y cotidianas, el espectador puede percibir que ese héroe creado por la mitología posee también características propias de los seres humanos, por lo tanto el espectador puede ver reflejada en su vida la realidad del personaje mítico.
En cuanto a la historia se provoca una deconstrucción del sentido, pues al colocar a un personaje legendario en la actualidad, viviendo como lo haría cualquier persona, nos permitiría un acercamiento aquello que nos parece tan lejano, una historia de la cual no formamos parte, sino más bien de la que somos sólo un producto acabado. Esta deconstrucción permitiría una nueva lectura de los aspectos históricos, una recodificación e interpretación de ellos.
También podemos analizar los personajes en su hibridación cultural. Al traer a personajes míticos a nuestra realidad y representarlos en el teatro es la posibilidad de que ellos posean un código lingüístico cercano al que nosotros utilizamos. Además los personajes se ven enfrentados a una realidad distinta en la que fueron creados, por lo tanto necesitan una adaptación en cuanto a su forma de vivir y forma de actuar.
Al trasladar a un personaje mitológico a nuestra contemporaneidad, el héroe deviene en un ser inferior, lleno de características propias de los humanos, se muestra de manera íntima, podemos conocer lo que siente y lo que piensa, provocando una cercanía. Ya no existe una visión de estos personajes como seres superiores, sino más bien podemos identificarnos con su problemáticas. La identidad de los personajes míticos se destruye dando paso a una nueva identidad que será la construya el espectador a partir de la representación teatral. Los personajes también son capaces de analizar críticamente su nuevo entorno social, son planteados en problemáticas completamente contemporáneas, por lo que se hace posible que ellos puedan cuestionar el mundo que les rodea.
Es importante también destacar que en el cambio de identidad y contexto de los personajes tradicionales, siempre existe una intertextualidad con el texto original, existe un constante diálogo. Por lo tanto, también la pieza teatral se crea en función de una supuesta realidad preexistente.
A modo de conclusión puedo decir que la hibridación de los personajes tradicionales e históricos, como técnica del teatro postmodernos, nos permite una ruptura de la tradición, instalando en nuestra realidad personajes que fueron creados hace muchos siglos, y que sus características que les hicieron sobresalir según la tradición son enfrentadas a las nuevas características propuestas por el teatro postmoderno. Esta técnica de hibridación también muestra al personaje no sólo en una realidad distinta, sino que también nos muestra una nueva faceta que es aquella íntima, en la cual se nos permite conocer lo que siente y lo que piensa. Todo esto generaría una nueva lectura de la historia, una deconstrucción de los temas tradicionales, una hibridación cultural y un acercamiento entre los personajes míticos y el espectador.
El primer término analizado por De Toro es la Postmodernidad en el teatro, éste entendido como una “plurimedialidad espectacular”, que posee carácter autorreferencial en el que se acentúa la espectacularidad conectada a distintas tradiciones, que son recodificadas en un nuevo contexto, que se concreta en el teatro. Es por esto que podemos decir que el teatro actual deconstruye y las antiguas temáticas, donde su significación será concretada por el espectador. Existen cuatro niveles sobre los cuales se puede definir el teatro postmoderno, estos son: un ‘teatro plurimedial o interespectacular’, un ‘teatro gestual kinésico’, un ‘teatro de deconstrucción’ y un ‘teatro historizante’. Además de estos aspectos podemos encontrar varias opciones hibridas o mixtas.
Según el autor en cada obra a la vez se está cuestionando y reflexionando sobre el lugar de partida del acto espectacular. En el teatro postmoderno también se caracteriza por su fragmentación, predominancia del significante, reiteración, desjerarquización de los códigos clásicos teatrales, entre otras, las que permitirían una multiplicidad de interpretaciones. En este tipo de teatro también deconstruye el significado en cuanto a que los personajes mitológicos o legendarios pasan a formar parte de un plano más íntimo, esto incluiría también la recodificación de las temáticas, con lo que se produciría un constante cuestionamiento.
El término Postcolonialidad se refiere a una forma de relectura de la historia que trata de superar tanto aspectos esencialistas como hegemónicos, provocando un entrecruce de culturas. Se preocupa también tratar problemas dentro de una estética semiótico-epistemológica, como un discurso subversivo. Las obras son reinterpretadas desde un ámbito historicista con nuevos códigos lingüísticos, sociales y culturales, que van en contra de los códigos tradicionales., incluyendo temáticas como la marginalidad, la otredad, la alteridad, entre otros.
La Hibridez al servicio del teatro, sería un proceso de mezclas que no es reducible a unidades armónicas, y serviría para generar un constante movimiento en la construcción de significados. Es una categoría que deconstruye sistemas antropológicos, históricos y de género tradicionales, donde la ‘transmedialidad’ y el ‘cuerpo’ se establecen como objetos de representación. Las obras teatrales serían entonces un modelo multicultural en el que se refleja la historia de la sociedad, caracterizado por la fragmentación y segmentación en las imágenes presentadas y en el contenido, sin una relación de unidad aparente.
Los textos teatrales en este sentido están constituidos por elementos visuales, textuales, musicales, cinematográficos, etc. yuxtapuestos en el guión teatral, los que formarían parte de una gran variedad de significados en una obra en la que el espectador es quien construye el significado, por lo tanto, la hibridación teatral implica una ruptura permanente.
Otro de los puntos relacionados con el teatro que De Toro analiza es el Cuerpo, el que se percibe en el teatro como un artefacto híbrido-medial-espectacular, que forma parte de un contexto postmoderno que constituye la materialización de la pieza teatral, pues en él se concreta el deseo, sexualidad y el poder, y todo lo que esto conlleva. Es una fuente de conocimiento, en el cual se plasma la espectacularidad, a través de él se lleva el mensaje al espectador, lo que implica interacciones en vivo.
Por último, la temática de Teatralidad es entendida como cualquier representación estético-artístico-lúdica realizada con el cuerpo y a través de una serie de elementos que ponen en relieve su carácter ritual-artístico. En este sentido poseen un carácter secundario aquellos elementos de naturaleza lingüística o no lingüística empleados en la realización de una acción. Algunas técnicas de representación usadas en el teatro son el montaje, collage, representación de danza, maquillaje, medios electrónicos, mitos, tradiciones, fragmentación, etc. que cumplirían funciones estéticas, políticas, reflexivas o críticas. La teatralidad posee un alto grado autorreferencial, que permitiría constatar rasgos de la vida cotidiana, lo que conlleva una identificación por parte del espectador. El concepto de ‘teatralidad’ implica un intercambio comunicativo, caracterizado por diversas y simultáneas formas de representación.
En la antigüedad, con los griegos, el teatro era un género puro, que no permitía mezclan de ningún tipo, la comedia y la tragedia eran géneros con finalidades completamente distintas, por lo que no se podía incluir episodios trágicos dentro de la comedia o episodios alegres dentro de la tragedia. Sin embargo en la actualidad esta pureza de género no es tal, pues la hibridez en el teatro se puede dar en distintas áreas, por ejemplo en el género, el estilo, en la construcción de sentidos, en las temáticas e incluso en los personajes. Este último punto es el central en mi análisis, pues quiero enfocarme en la relación que se puede establecer con respecto del historicismo frente a la cotidianidad.
Las culturas siempre han tenido la necesidad de crear grandes personajes a los cuales se les puedan atribuir características inhumanas, que todos desearían tener, pero que sin embargo se hace imposible. Pero ¿qué sucede si de pronto nos encontramos con que aquellos héroes sienten y actúan igual que el común de la gente? Lo más lógico es que se destruya el mito. El teatro postmoderno a tomado las temáticas clásicas transportando a sus personajes a escenas más íntimas y cotidianas, el espectador puede percibir que ese héroe creado por la mitología posee también características propias de los seres humanos, por lo tanto el espectador puede ver reflejada en su vida la realidad del personaje mítico.
En cuanto a la historia se provoca una deconstrucción del sentido, pues al colocar a un personaje legendario en la actualidad, viviendo como lo haría cualquier persona, nos permitiría un acercamiento aquello que nos parece tan lejano, una historia de la cual no formamos parte, sino más bien de la que somos sólo un producto acabado. Esta deconstrucción permitiría una nueva lectura de los aspectos históricos, una recodificación e interpretación de ellos.
También podemos analizar los personajes en su hibridación cultural. Al traer a personajes míticos a nuestra realidad y representarlos en el teatro es la posibilidad de que ellos posean un código lingüístico cercano al que nosotros utilizamos. Además los personajes se ven enfrentados a una realidad distinta en la que fueron creados, por lo tanto necesitan una adaptación en cuanto a su forma de vivir y forma de actuar.
Al trasladar a un personaje mitológico a nuestra contemporaneidad, el héroe deviene en un ser inferior, lleno de características propias de los humanos, se muestra de manera íntima, podemos conocer lo que siente y lo que piensa, provocando una cercanía. Ya no existe una visión de estos personajes como seres superiores, sino más bien podemos identificarnos con su problemáticas. La identidad de los personajes míticos se destruye dando paso a una nueva identidad que será la construya el espectador a partir de la representación teatral. Los personajes también son capaces de analizar críticamente su nuevo entorno social, son planteados en problemáticas completamente contemporáneas, por lo que se hace posible que ellos puedan cuestionar el mundo que les rodea.
Es importante también destacar que en el cambio de identidad y contexto de los personajes tradicionales, siempre existe una intertextualidad con el texto original, existe un constante diálogo. Por lo tanto, también la pieza teatral se crea en función de una supuesta realidad preexistente.
A modo de conclusión puedo decir que la hibridación de los personajes tradicionales e históricos, como técnica del teatro postmodernos, nos permite una ruptura de la tradición, instalando en nuestra realidad personajes que fueron creados hace muchos siglos, y que sus características que les hicieron sobresalir según la tradición son enfrentadas a las nuevas características propuestas por el teatro postmoderno. Esta técnica de hibridación también muestra al personaje no sólo en una realidad distinta, sino que también nos muestra una nueva faceta que es aquella íntima, en la cual se nos permite conocer lo que siente y lo que piensa. Todo esto generaría una nueva lectura de la historia, una deconstrucción de los temas tradicionales, una hibridación cultural y un acercamiento entre los personajes míticos y el espectador.
sábado, 25 de octubre de 2008
Escritura y Sujeto en Demian de Hermann Hesse
Indiscutiblemente, al enfrentarnos a la lectura de un texto, cualquiera sea su naturaleza, nos encontramos ante una gran gama de posibilidades de interpretación, las que sin duda condicionan la recepción que tengamos de dicho texto. En este caso, y frente al importante número de alternativas de análisis que nos ofrece Demian de Hermann Hesse, hemos decidido abocarnos al estudio de la Escritura y del Sujeto, planteando para ello la tesis de que Emil Sinclair, personaje principal de la obra, está en un constante proceso de devenir, relacionado con la búsqueda de su identidad dentro de un mundo dual.
Uno de los principales argumentos que nos impulsaron a plantear esta tesis, es la evidente transformación que sufre Emil Sinclair a lo largo de la obra. Desde su infancia, él sabe que fuera del mundo de la luz, el cual está constituido por sus padres y sus hermanas, existe otro mundo, en donde se desenvuelve todo aquello que considera ajeno: la maldad, la mentira, el pecado, etc. En determinado momento se produce un quiebre en su vida, lo que provoca que casi sin darse cuenta salga del seguro mundo en el que se encontraba, y se sitúe dentro de aquella dimensión funesta donde se siente constantemente amenazado y vulnerable al castigo divino:
“Llevaba en las botas barro que no podía limpiar en el felpudo, y traía conmigo sombras de las que el mundo del hogar nada sabía. Cuantos secretos y temores había yo tenido, habían sido un juego y una broma comparado con lo que traía hoy a estas habitaciones. El destino me perseguía; hacia mí se tendían unas manos de las que mi madre no podía protegerme y de las que nada debía saber. Que mi delito fuera hurto o mentira -¿no había jurado por Dios y mi salvación?- importaba poco. Mi pecado no era esto o aquello; mi pecado era haber dado la mano al diablo. ¿Por qué había ido con ellos? ¿Por qué había obedecido a Kromer en vez de a mi padre? ¿Por qué había inventado la historia del robo? ¿Por qué me había vanagloriado de un delito como si se tratara de una hazaña? Ahora el diablo me tenía agarrado por la mano; ahora el enemigo me perseguía.” (Hesse, 1970, p 24)
El párrafo anteriormente citado, nos muestra el recurrente cuestionamiento que hace el pequeño Emil sobre su situación. Es importante destacar que resulta bastante sorprendente que el personaje, teniendo aproximadamente diez años, posea tal grado de complejidad en sus pensamientos. Esto revela que Sinclair era un niño de características singulares, no comunes para su edad, lo que ya actúa como antecedente para el curso que tomará su vida, una vida llena de cuestionamientos e interrogantes.
LA BÚSQUEDA DE SENTIDO
Como hemos señalado anteriormente, el joven Sinclair nos muestra una evidente transformación a medida que se desarrolla el acontecer de la obra. Creemos que este cambio se sustenta en las bases de una búsqueda de identidad por parte del personaje, lo cual le lleva a realizar diversas acciones que lo llevan por caminos inimaginables.
Con los años, Emil Sinclair manifiesta interés por ciertas actividades que le permiten desenvolverse dentro de diferentes ambientes, como por ejemplo, la música, la literatura, el mundo bohemio, etc.:
“Me puse a hacer un nuevo dibujo del ave heráldica. No recordaba muy bien su verdadero aspecto; sabía que muchos detalles ya no se reconocían, porque el escudo era viejo y había sido pintado varias veces. El pájaro estaba posado sobre algo: una flor, un cesto, un nido o una copa de árbol. No me importaba demasiado y comencé a pintar lo que recordaba claramente. Por un impulso indeterminado comencé en seguida con colores fuertes. La cabeza era en mi dibujo amarilla. Fui pintando según el humor que tuviera y acabé al cabo de unos días.
Resultó un ave de rapiña con una afilada y audaz cabeza de gavilán, con medio cuerpo dentro de una bola del mundo oscura, de la que surgía como de un huevo gigantesco, sobre un fondo azul. Mientras más miraba mi obra, más me parecía que era el escudo coloreado que había visto en mi sueño.” (Hesse, 1970, p)
“En mis paseos por la ciudad había oído una o dos veces música de órgano en una pequeña iglesia de las afueras, pero nunca me había detenido a escucharla. Al volver a pasar por allí, me paré a oír aquella música y reconocí que era de Bach. Me acerqué a la puerta, que encontré cerrada; y como la calleja estaba casi desierta, me senté en un poyo junto a la iglesia, me subí el cuello del abrigo y me puse a escuchar. El órgano no era grande pero sonaba bien y alguien tocaba de una manera muy especial, con una expresión muy personal de voluntad e insistencia que sonaba como una oración. Tuve la sensación de que quien tocaba sabía que la música guardaba un tesoro y se esforzaba, afanaba y preocupaba por él como si se tratara de su propia vida. Técnicamente no entiendo mucho de música; pero desde muy niño he comprendido instintivamente esta expresión del alma y he sentido siempre la música como la cosa más natural en mí.” (Hesse, 1970, p)
Sin duda, son muchas las situaciones nuevas que el protagonista vive en el camino de su vida. Mas todos estos cambios no son gratuitos, su existencia da un giro en el momento en que conoce a Max Demian, alumno nuevo que llega a su colegio y que se constituía en todo un personaje misterioso, al que se le atribuían una serie de poderes casi sobrenaturales.
Si bien Demian se constituye en eje principal del curso que toma la vida de nuestro protagonista, debemos tener en cuenta que ya Sinclair tenía parte del camino recorrido hacia su devenir en otro desde el momento en que se halla vulnerable frente al mundo oscuro que creía ajeno, y que hace tambalear las bases de su formación familiar.
Otro de los pilares que constituyen la búsqueda de indentidad de Emil es el cuestionamiento religioso-filosófico que surge a partir del descubrimiento de la doctrina de Abraxas , la cual tiene como dios a un ser que cumple la función simbólica de unir lo divino y lo demoníaco. Otra vez no encontramos frente a esta realidad: Emil Sinclair ante dos caminos, ante dos mundos, como en un inicio de la obra; y posteriormente tendrá que enfrentarse otro importante número de veces ante la complejidad de saberse en un mundo dual.
Se ha señalado en ciertos estudios que se centran en la obra de Hesse, que el autor alemán se vio fuertemente influenciado por los planteamientos del psiquiatra suizo Carl Jung, y que dicha influencia se manifiesta con mayor intensidad en Demian.
Dentro de los postulados de Jung, se desarrolla la idea de Arquetipos, los cuales serían los contenidos del inconsciente colectivo, el que a su vez es una de las partes que constituyen la psique según su teoría. Uno de los arquetipos nombrados es el de Persona:
“La persona representa nuestra imagen pública. La palabra, obviamente, está relacionada con el término persona y personalidad y proviene del latín que significa máscara. Por tanto, la persona es la máscara que nos ponemos antes de salir al mundo externo. Aunque se inicia siendo un arquetipo, con el tiempo vamos asumiéndola, llegando a ser la parte de nosotros más distantes del inconsciente colectivo.
En su mejor presentación, constituye la “buena impresión” que todos queremos brindar al satisfacer los roles que la sociedad nos exige. Pero, en su peor cara, puede confundirse incluso por nosotros mismos, de nuestra propia naturaleza. Algunas veces llegamos a creer que realmente somos lo que pretendemos ser.” (Boeree, 1998)
Vemos que Emil Sinclair intenta romper esta concepción de persona como máscara, en la medida en que comprende que la identidad asignada por el poder no es la que quiere para su vida. Valora todo lo bueno que le fue entregado (la educación de sus padres, la experiencias de vida, etc.), pero la necesidad de encontrar su identidad es irrefrenable. Sin embargo, mirándolo desde cierto punto, Emil no logra desligarse completamente de las marcas de poder impuestas por la sociedad, de ahí su constante conflicto interno, y de ahí también que, casi al final de la obra se nos cuente que Sinclair acude como soldado a la guerra sin oponer resistencia, teniendo en cuenta que las fuerzas militares representan disciplina y poder sobre la corporalidad. No obstante, podemos comprender este acontecimiento como sentimiento de aceptación de un destino colectivo que debía enfrentarse.
Abocándonos ahora en específico a la vida de Carl Jung y no a su teoría (aunque lógicamente entre una y otra existe estrecha relación), debemos señalar que en un momento de su vida tuvo un sueño que lo marcó: vio la ciudad inundada y destruida, y a personas muriendo ahogadas en agua que se volvía sangre. Este sueño podría no tener mayor importancia, si no consideráramos el nivel de turbación que produjo en el pensador, y más aún, si no otorgáramos importancia al hecho de que Jung tuvo esta horrible pesadilla meses antes de que estallara la Primera Guerra Mundial. Este acontecimiento fue sucedido por una serie de hechos similares que llevaron al psiquiatra suizo a desarrollar la pintura, el dibujo y la escultura. Es en este punto en donde hallamos una analogía con Demian: Emil, por una parte, es marcado por el particular sueño que ha tenido, en donde ve a Demian sosteniendo un escudo que muestra un ave emergiendo de un mundo oscuro, como si fuera un huevo. Esta imagen tendrá posteriormente una serie de implicancias en su vida, y le llevará a comprender la existencia de Abraxas por medio de su amigo Pistorius. Además, cabe señalar que Emil sueña con Frau Eva antes de haberla conocido.
Por otra parte, se hace evidente la semejanza entre la experiencia de Jung y la capacidad que posee Max Demian de tener sueños premonitorios y visiones que le permiten prepararse para lo que vendrá.
EL ENFRENTAMIENTO A UN MUNDO DUAL
George Boeree (1998) nos dice respecto a Ánima y Ánimus, otro de los Arquetipos de Jung, lo siguiente:
“El ánima es el aspecto femenino presente en el inconsciente colectivo de los hombres y el ánimus es el aspecto masculino presente en el inconsciente colectivo de la mujer. Unidos se les conoce como syzygy. El anima puede estar representada (personificada) como una joven chica, muy espontánea e intuitiva, o como una bruja, o como la madre tierra. Usualmente se asocia con una emocionalidad profunda y con la fuerza de la vida misma. El animus puede personificarse como un viejo sabio, un guerrero, o usualmente como un grupo de hombres, y tiende a ser lógico, muchas veces racionalista e incluso argumentativo.
El ánima y el ánimus son los arquetipos a través de los cuales nos comunicamos con el inconsciente colectivo en general y es importante llegar a contactar con él. Es también el arquetipo responsable de nuestra vida amorosa: como sugiere un mito griego, estamos siempre buscando nuestra otra mitad; esa otra mitad que los Dioses nos quitaron, en los miembros del sexo opuesto. Cuando nos enamoramos a primera vista, nos hemos topado con algo que ha llenado nuestro arquetipo ánima o ánimus particularmente bien.”
Lo anteriormente mencionado se articula muy bien con las relaciones que establece Emil Sinclair con Demian y con Frau Eva. En primer lugar, nos encontramos con un Max Demian que cuenta con una sensibilidad femenina muy desarrollada, y en segundo lugar, su madre, Frau Eva, cuenta con características que la configuran como una mujer de rasgos masculinos, que se conjugan con su imagen delicada y a veces dulce.
En una primera instancia, la relación entre Max, su madre y Emil puede resultarle confusa al lector, y presentarse con ribetes de ambigüedad que incluso le pueden hacer pensar en un sentimiento homosexual entre Sinclair y Demian, o en una confusión de sus intereses amorosos por parte de Emil al sentirse atraído por una mujer de rasgos masculinos. Sin descartar la viabilidad de estas lecturas, creemos que esta primera impresión se debe a la no-profundización de la temática de la dualidad en el texto. Una vez que se ha percibido lo que significa que el acontecer esté inserto en un mundo claramente binario, se entiende que la interioridad misma de los personajes cuenta con dos caras, y esto lejos de ser negativo, se vuelve enriquecedor y armoniza con la intención de transmitir la idea de que nada es enteramente bueno y nada es enteramente malo, porque todo en el mundo tiene una cara positiva y una negativa.
Creemos relevante en este punto detenernos en Frau Eva, por la intensidad del sentimiento que Emil profesa por ella, y por lo que ella como persona implica. Uno de los arquetipos de Jung, al Arquetipo materno, se ajusta al rol que cumple esta enigmática mujer en la vida de nuestro protagonista. Este postulado realza la importancia que tiene en la vida de todo ser la figura materna. De este modo, Jung simboliza este arquetipo con la madre primordial o “madre tierra” de la mitología; con Eva y María en las tradiciones occidentales y con otros símbolos menos personalizados como la iglesia, la nación, un bosque o el océano. A raíz de esto, pensamos que no es gratuito el hecho de que esta mujer tan importante para Sinclair se llame Frau Eva. Ella remite a los orígenes, es a la vez madre y mujer amada para el joven, es la conjugación de todos sus deseos y todos su temores, porque dentro de ella habita la divinidad y lo demoníaco, al igual que en Abraxas. Toda la vida de Emil Sinclair se carga de esta dualidad, y él tiene la clave para comprender, gracias a Demian, que no puede ser de otra manera, y que si alguna vez lo ha sido, sólo fue consecuencia de la visión sesgada que suele tener el ser humano de las cosas, fue pura ilusión.
CONCLUSIÓN
Los planteamientos expuestos y desarrollados en las páginas anteriores no tienen otro propósito que confirmar el proceso de devenir que vive el protagonista de la obra analizada. Si bien no nos es posible determinar en qué deviene Emil, o clasificarlo en una nueva categoría, sabemos que se vuelve un Otro, en la medida en que ya no es el mismo que era en su infancia y primera juventud, y además, se constituye en alteridad pues transgrede los principios fundamentales de la época en cuanto a religión, filosofía e incluso sentimientos. Si bien es cierto, siempre en las sociedades occidentales ha existido conciencia de la existencia de binarismos en todo orden de cosas, tradicionalmente se ha pensado que sus componentes están muy separados, que el bien dista mucho de el mal, que no puede haber noche habiendo día, que se es hombre o se es mujer, sin términos medios. De este modo pensaba también Emil cuando era niño. ¿Será que, una de las lecturas posibles permite pensar que el Sinclair niño representa a la sociedad actual, la que aún no ha alcanzado la madurez necesaria para comprender la complejidad de los fenómenos duales que siempre han existido y siempre existirán mientras exista vida?
Sin duda, en nuestros tiempos la lectura de esta novela genera un ejercicio de pensamiento importantísimo, a pesar de haber sido escrita hace casi 90 años y reflejar una realidad histórica y temporal distinta. En muchos sentidos, Demian es una novela libre de las ataduras del tiempo, porque nos presenta problemáticas que se pueden dar en diferentes períodos de la historia del hombre; el ser humano nunca dejará –esperamos que no lo haga- de plantearse preguntas y de intentar encontrar un sentido.
Es importante destacar, al concluir, que la mayoría de las interpretaciones de las que ha sido objeto la novela, sitúan a Demian y a Emil como “un solo ser”, una misma existencia representada por un hombre superior, casi irreal, y por otro hombre, situado en la vida real, con las ventajas y desventajas de todo ser humano. Uno de los fragmentos en que se representa claramente esta relación, es en el final de la obra, en donde Demian dice a Emil que aunque no esté físicamente con él, sólo debe mirar dentro de sí para sentirlo cerca cuando lo necesite. El dualismo está presente en Demian y Emil mismos, ellos son uno solo; a partir de esta verdad todo se ve y se comprende diferente, la vida se configura de otra manera, y la visión de ésta sin duda se amplía.
“- ¡Pequeño Sinclair, escucha! Voy a tener que marcharme. Quizá vuelvas a necesitarme un día, contra Kromer o contra otro. Si me llamas, ya no acudiré tan toscamente a caballo o en tren. Tendrás que escuchar en tu interior y notarás que estoy dentro de ti, ¿comprendes? ¡Otra cosa! Frau Eva me dijo que si alguna vez te iba mal, te diera el beso que ella me dio para ti... ¡Cierra los ojos, Sinclair!
Cerré obediente los ojos y sentí un beso leve sobre mis labios, en los que seguía teniendo un poco de sangre, que parecía no querer desaparecer nunca. Entonces me dormí.
Por la mañana me despertaron para curarme. Cuando estuve despierto del todo, me volví rápidamente hacia el colchón vecino. Sobre él yacía un hombre extraño al que nunca había visto.
La cura fue muy dolorosa. Todo lo que me sucedió desde aquel día fue doloroso. Pero, a veces, cuando encuentro la clave y desciendo a mi interior, donde descansan, en un oscuro espejo, las imágenes del destino, no tengo más que inclinarme sobre el negro espejo para ver mi propia imagen, que ahora se asemeja totalmente a él, mi amigo y guía.” (Hesse, 1970, p)
Uno de los principales argumentos que nos impulsaron a plantear esta tesis, es la evidente transformación que sufre Emil Sinclair a lo largo de la obra. Desde su infancia, él sabe que fuera del mundo de la luz, el cual está constituido por sus padres y sus hermanas, existe otro mundo, en donde se desenvuelve todo aquello que considera ajeno: la maldad, la mentira, el pecado, etc. En determinado momento se produce un quiebre en su vida, lo que provoca que casi sin darse cuenta salga del seguro mundo en el que se encontraba, y se sitúe dentro de aquella dimensión funesta donde se siente constantemente amenazado y vulnerable al castigo divino:
“Llevaba en las botas barro que no podía limpiar en el felpudo, y traía conmigo sombras de las que el mundo del hogar nada sabía. Cuantos secretos y temores había yo tenido, habían sido un juego y una broma comparado con lo que traía hoy a estas habitaciones. El destino me perseguía; hacia mí se tendían unas manos de las que mi madre no podía protegerme y de las que nada debía saber. Que mi delito fuera hurto o mentira -¿no había jurado por Dios y mi salvación?- importaba poco. Mi pecado no era esto o aquello; mi pecado era haber dado la mano al diablo. ¿Por qué había ido con ellos? ¿Por qué había obedecido a Kromer en vez de a mi padre? ¿Por qué había inventado la historia del robo? ¿Por qué me había vanagloriado de un delito como si se tratara de una hazaña? Ahora el diablo me tenía agarrado por la mano; ahora el enemigo me perseguía.” (Hesse, 1970, p 24)
El párrafo anteriormente citado, nos muestra el recurrente cuestionamiento que hace el pequeño Emil sobre su situación. Es importante destacar que resulta bastante sorprendente que el personaje, teniendo aproximadamente diez años, posea tal grado de complejidad en sus pensamientos. Esto revela que Sinclair era un niño de características singulares, no comunes para su edad, lo que ya actúa como antecedente para el curso que tomará su vida, una vida llena de cuestionamientos e interrogantes.
LA BÚSQUEDA DE SENTIDO
Como hemos señalado anteriormente, el joven Sinclair nos muestra una evidente transformación a medida que se desarrolla el acontecer de la obra. Creemos que este cambio se sustenta en las bases de una búsqueda de identidad por parte del personaje, lo cual le lleva a realizar diversas acciones que lo llevan por caminos inimaginables.
Con los años, Emil Sinclair manifiesta interés por ciertas actividades que le permiten desenvolverse dentro de diferentes ambientes, como por ejemplo, la música, la literatura, el mundo bohemio, etc.:
“Me puse a hacer un nuevo dibujo del ave heráldica. No recordaba muy bien su verdadero aspecto; sabía que muchos detalles ya no se reconocían, porque el escudo era viejo y había sido pintado varias veces. El pájaro estaba posado sobre algo: una flor, un cesto, un nido o una copa de árbol. No me importaba demasiado y comencé a pintar lo que recordaba claramente. Por un impulso indeterminado comencé en seguida con colores fuertes. La cabeza era en mi dibujo amarilla. Fui pintando según el humor que tuviera y acabé al cabo de unos días.
Resultó un ave de rapiña con una afilada y audaz cabeza de gavilán, con medio cuerpo dentro de una bola del mundo oscura, de la que surgía como de un huevo gigantesco, sobre un fondo azul. Mientras más miraba mi obra, más me parecía que era el escudo coloreado que había visto en mi sueño.” (Hesse, 1970, p)
“En mis paseos por la ciudad había oído una o dos veces música de órgano en una pequeña iglesia de las afueras, pero nunca me había detenido a escucharla. Al volver a pasar por allí, me paré a oír aquella música y reconocí que era de Bach. Me acerqué a la puerta, que encontré cerrada; y como la calleja estaba casi desierta, me senté en un poyo junto a la iglesia, me subí el cuello del abrigo y me puse a escuchar. El órgano no era grande pero sonaba bien y alguien tocaba de una manera muy especial, con una expresión muy personal de voluntad e insistencia que sonaba como una oración. Tuve la sensación de que quien tocaba sabía que la música guardaba un tesoro y se esforzaba, afanaba y preocupaba por él como si se tratara de su propia vida. Técnicamente no entiendo mucho de música; pero desde muy niño he comprendido instintivamente esta expresión del alma y he sentido siempre la música como la cosa más natural en mí.” (Hesse, 1970, p)
Sin duda, son muchas las situaciones nuevas que el protagonista vive en el camino de su vida. Mas todos estos cambios no son gratuitos, su existencia da un giro en el momento en que conoce a Max Demian, alumno nuevo que llega a su colegio y que se constituía en todo un personaje misterioso, al que se le atribuían una serie de poderes casi sobrenaturales.
Si bien Demian se constituye en eje principal del curso que toma la vida de nuestro protagonista, debemos tener en cuenta que ya Sinclair tenía parte del camino recorrido hacia su devenir en otro desde el momento en que se halla vulnerable frente al mundo oscuro que creía ajeno, y que hace tambalear las bases de su formación familiar.
Otro de los pilares que constituyen la búsqueda de indentidad de Emil es el cuestionamiento religioso-filosófico que surge a partir del descubrimiento de la doctrina de Abraxas , la cual tiene como dios a un ser que cumple la función simbólica de unir lo divino y lo demoníaco. Otra vez no encontramos frente a esta realidad: Emil Sinclair ante dos caminos, ante dos mundos, como en un inicio de la obra; y posteriormente tendrá que enfrentarse otro importante número de veces ante la complejidad de saberse en un mundo dual.
Se ha señalado en ciertos estudios que se centran en la obra de Hesse, que el autor alemán se vio fuertemente influenciado por los planteamientos del psiquiatra suizo Carl Jung, y que dicha influencia se manifiesta con mayor intensidad en Demian.
Dentro de los postulados de Jung, se desarrolla la idea de Arquetipos, los cuales serían los contenidos del inconsciente colectivo, el que a su vez es una de las partes que constituyen la psique según su teoría. Uno de los arquetipos nombrados es el de Persona:
“La persona representa nuestra imagen pública. La palabra, obviamente, está relacionada con el término persona y personalidad y proviene del latín que significa máscara. Por tanto, la persona es la máscara que nos ponemos antes de salir al mundo externo. Aunque se inicia siendo un arquetipo, con el tiempo vamos asumiéndola, llegando a ser la parte de nosotros más distantes del inconsciente colectivo.
En su mejor presentación, constituye la “buena impresión” que todos queremos brindar al satisfacer los roles que la sociedad nos exige. Pero, en su peor cara, puede confundirse incluso por nosotros mismos, de nuestra propia naturaleza. Algunas veces llegamos a creer que realmente somos lo que pretendemos ser.” (Boeree, 1998)
Vemos que Emil Sinclair intenta romper esta concepción de persona como máscara, en la medida en que comprende que la identidad asignada por el poder no es la que quiere para su vida. Valora todo lo bueno que le fue entregado (la educación de sus padres, la experiencias de vida, etc.), pero la necesidad de encontrar su identidad es irrefrenable. Sin embargo, mirándolo desde cierto punto, Emil no logra desligarse completamente de las marcas de poder impuestas por la sociedad, de ahí su constante conflicto interno, y de ahí también que, casi al final de la obra se nos cuente que Sinclair acude como soldado a la guerra sin oponer resistencia, teniendo en cuenta que las fuerzas militares representan disciplina y poder sobre la corporalidad. No obstante, podemos comprender este acontecimiento como sentimiento de aceptación de un destino colectivo que debía enfrentarse.
Abocándonos ahora en específico a la vida de Carl Jung y no a su teoría (aunque lógicamente entre una y otra existe estrecha relación), debemos señalar que en un momento de su vida tuvo un sueño que lo marcó: vio la ciudad inundada y destruida, y a personas muriendo ahogadas en agua que se volvía sangre. Este sueño podría no tener mayor importancia, si no consideráramos el nivel de turbación que produjo en el pensador, y más aún, si no otorgáramos importancia al hecho de que Jung tuvo esta horrible pesadilla meses antes de que estallara la Primera Guerra Mundial. Este acontecimiento fue sucedido por una serie de hechos similares que llevaron al psiquiatra suizo a desarrollar la pintura, el dibujo y la escultura. Es en este punto en donde hallamos una analogía con Demian: Emil, por una parte, es marcado por el particular sueño que ha tenido, en donde ve a Demian sosteniendo un escudo que muestra un ave emergiendo de un mundo oscuro, como si fuera un huevo. Esta imagen tendrá posteriormente una serie de implicancias en su vida, y le llevará a comprender la existencia de Abraxas por medio de su amigo Pistorius. Además, cabe señalar que Emil sueña con Frau Eva antes de haberla conocido.
Por otra parte, se hace evidente la semejanza entre la experiencia de Jung y la capacidad que posee Max Demian de tener sueños premonitorios y visiones que le permiten prepararse para lo que vendrá.
EL ENFRENTAMIENTO A UN MUNDO DUAL
George Boeree (1998) nos dice respecto a Ánima y Ánimus, otro de los Arquetipos de Jung, lo siguiente:
“El ánima es el aspecto femenino presente en el inconsciente colectivo de los hombres y el ánimus es el aspecto masculino presente en el inconsciente colectivo de la mujer. Unidos se les conoce como syzygy. El anima puede estar representada (personificada) como una joven chica, muy espontánea e intuitiva, o como una bruja, o como la madre tierra. Usualmente se asocia con una emocionalidad profunda y con la fuerza de la vida misma. El animus puede personificarse como un viejo sabio, un guerrero, o usualmente como un grupo de hombres, y tiende a ser lógico, muchas veces racionalista e incluso argumentativo.
El ánima y el ánimus son los arquetipos a través de los cuales nos comunicamos con el inconsciente colectivo en general y es importante llegar a contactar con él. Es también el arquetipo responsable de nuestra vida amorosa: como sugiere un mito griego, estamos siempre buscando nuestra otra mitad; esa otra mitad que los Dioses nos quitaron, en los miembros del sexo opuesto. Cuando nos enamoramos a primera vista, nos hemos topado con algo que ha llenado nuestro arquetipo ánima o ánimus particularmente bien.”
Lo anteriormente mencionado se articula muy bien con las relaciones que establece Emil Sinclair con Demian y con Frau Eva. En primer lugar, nos encontramos con un Max Demian que cuenta con una sensibilidad femenina muy desarrollada, y en segundo lugar, su madre, Frau Eva, cuenta con características que la configuran como una mujer de rasgos masculinos, que se conjugan con su imagen delicada y a veces dulce.
En una primera instancia, la relación entre Max, su madre y Emil puede resultarle confusa al lector, y presentarse con ribetes de ambigüedad que incluso le pueden hacer pensar en un sentimiento homosexual entre Sinclair y Demian, o en una confusión de sus intereses amorosos por parte de Emil al sentirse atraído por una mujer de rasgos masculinos. Sin descartar la viabilidad de estas lecturas, creemos que esta primera impresión se debe a la no-profundización de la temática de la dualidad en el texto. Una vez que se ha percibido lo que significa que el acontecer esté inserto en un mundo claramente binario, se entiende que la interioridad misma de los personajes cuenta con dos caras, y esto lejos de ser negativo, se vuelve enriquecedor y armoniza con la intención de transmitir la idea de que nada es enteramente bueno y nada es enteramente malo, porque todo en el mundo tiene una cara positiva y una negativa.
Creemos relevante en este punto detenernos en Frau Eva, por la intensidad del sentimiento que Emil profesa por ella, y por lo que ella como persona implica. Uno de los arquetipos de Jung, al Arquetipo materno, se ajusta al rol que cumple esta enigmática mujer en la vida de nuestro protagonista. Este postulado realza la importancia que tiene en la vida de todo ser la figura materna. De este modo, Jung simboliza este arquetipo con la madre primordial o “madre tierra” de la mitología; con Eva y María en las tradiciones occidentales y con otros símbolos menos personalizados como la iglesia, la nación, un bosque o el océano. A raíz de esto, pensamos que no es gratuito el hecho de que esta mujer tan importante para Sinclair se llame Frau Eva. Ella remite a los orígenes, es a la vez madre y mujer amada para el joven, es la conjugación de todos sus deseos y todos su temores, porque dentro de ella habita la divinidad y lo demoníaco, al igual que en Abraxas. Toda la vida de Emil Sinclair se carga de esta dualidad, y él tiene la clave para comprender, gracias a Demian, que no puede ser de otra manera, y que si alguna vez lo ha sido, sólo fue consecuencia de la visión sesgada que suele tener el ser humano de las cosas, fue pura ilusión.
CONCLUSIÓN
Los planteamientos expuestos y desarrollados en las páginas anteriores no tienen otro propósito que confirmar el proceso de devenir que vive el protagonista de la obra analizada. Si bien no nos es posible determinar en qué deviene Emil, o clasificarlo en una nueva categoría, sabemos que se vuelve un Otro, en la medida en que ya no es el mismo que era en su infancia y primera juventud, y además, se constituye en alteridad pues transgrede los principios fundamentales de la época en cuanto a religión, filosofía e incluso sentimientos. Si bien es cierto, siempre en las sociedades occidentales ha existido conciencia de la existencia de binarismos en todo orden de cosas, tradicionalmente se ha pensado que sus componentes están muy separados, que el bien dista mucho de el mal, que no puede haber noche habiendo día, que se es hombre o se es mujer, sin términos medios. De este modo pensaba también Emil cuando era niño. ¿Será que, una de las lecturas posibles permite pensar que el Sinclair niño representa a la sociedad actual, la que aún no ha alcanzado la madurez necesaria para comprender la complejidad de los fenómenos duales que siempre han existido y siempre existirán mientras exista vida?
Sin duda, en nuestros tiempos la lectura de esta novela genera un ejercicio de pensamiento importantísimo, a pesar de haber sido escrita hace casi 90 años y reflejar una realidad histórica y temporal distinta. En muchos sentidos, Demian es una novela libre de las ataduras del tiempo, porque nos presenta problemáticas que se pueden dar en diferentes períodos de la historia del hombre; el ser humano nunca dejará –esperamos que no lo haga- de plantearse preguntas y de intentar encontrar un sentido.
Es importante destacar, al concluir, que la mayoría de las interpretaciones de las que ha sido objeto la novela, sitúan a Demian y a Emil como “un solo ser”, una misma existencia representada por un hombre superior, casi irreal, y por otro hombre, situado en la vida real, con las ventajas y desventajas de todo ser humano. Uno de los fragmentos en que se representa claramente esta relación, es en el final de la obra, en donde Demian dice a Emil que aunque no esté físicamente con él, sólo debe mirar dentro de sí para sentirlo cerca cuando lo necesite. El dualismo está presente en Demian y Emil mismos, ellos son uno solo; a partir de esta verdad todo se ve y se comprende diferente, la vida se configura de otra manera, y la visión de ésta sin duda se amplía.
“- ¡Pequeño Sinclair, escucha! Voy a tener que marcharme. Quizá vuelvas a necesitarme un día, contra Kromer o contra otro. Si me llamas, ya no acudiré tan toscamente a caballo o en tren. Tendrás que escuchar en tu interior y notarás que estoy dentro de ti, ¿comprendes? ¡Otra cosa! Frau Eva me dijo que si alguna vez te iba mal, te diera el beso que ella me dio para ti... ¡Cierra los ojos, Sinclair!
Cerré obediente los ojos y sentí un beso leve sobre mis labios, en los que seguía teniendo un poco de sangre, que parecía no querer desaparecer nunca. Entonces me dormí.
Por la mañana me despertaron para curarme. Cuando estuve despierto del todo, me volví rápidamente hacia el colchón vecino. Sobre él yacía un hombre extraño al que nunca había visto.
La cura fue muy dolorosa. Todo lo que me sucedió desde aquel día fue doloroso. Pero, a veces, cuando encuentro la clave y desciendo a mi interior, donde descansan, en un oscuro espejo, las imágenes del destino, no tengo más que inclinarme sobre el negro espejo para ver mi propia imagen, que ahora se asemeja totalmente a él, mi amigo y guía.” (Hesse, 1970, p)
viernes, 24 de octubre de 2008
“ Don Álvaro, como figura de alteridad, está determinado a un destino fatal”.
Problemática del destino en: Don Álvaro o la fuerza del Sino
Duque de Rivas
INTRODUCCIÓN
Dentro del período romántico realista, una de las obras cumbres iniciales de la literatura española de este período es sin duda, “Don Álvaro o la fuerza del Sino” del Duque de Rivas (Ángel de Saavedra 1791 – 1865), quien nos entrega una representación de las visiones y realidades de la sociedad española de aquellos tiempos, a través de un dinámico juego de diálogos y personajes en constante tensión dentro de la orientación dramática de la obra.
En nuestra investigación trataremos de desarrollar diferentes claves que se presentan dentro de la historia, con una amalgama de simbolismos y caracterizaciones de diferentes paradigmas.
Caracterizaremos la influencia del Destino como fuerza generadora de un devenir protagónico trágico, así como también la incorporación de un personaje que vislumbra los designios prefigurados por la fuerza del Sino: Preciosilla. Además, identificaremos que el destino posee un carácter propio e independiente y que implícitamente expresa un fundamento de poder social imperante que se corresponde con la idea de percibir a Don Álvaro como un ser estandarte de la alteridad.
Otro punto de análisis que abordaremos es la visión que tienen los personajes de los valores imperantes en la sociedad española de la época, la importancia que para algunos tienen las posesiones económicas y pureza de pureza de sangre, y los valores que Don Álvaro transgrede al suicidarse.
“Don Álvaro, como figura de alteridad, está determinado a un destino fatal”.
Es indudable que si nos referimos al peso existente en la narrativa de Don Álvaro o la fuerza del Sino tenemos que comenzar por abordar la temática del Destino, realidad inseparable frente al hecho de que el suceder narrativo se enlaza completamente con la presencia de éste.
En un comienzo el Sino se encuentra personificado en el personaje de Preciosilla, pues es ésta quien posee la característica de interpretar que nuestro protagonista, Don Álvaro, está marcado por una irrevocable concatenación de sucesos trágicos.
“PRECIOSILLA. Si los señores de Sevilla son vanidad y pobreza todo en una pieza. Don Álvaro es digno de ser marido de una emperadora... ¡Qué gallardo!... ¡Qué formal y qué generoso!... Hace pocos días que le dije la buenaventura (y por cierto no es buena la que le espera si las rayas de la mano no mienten), y me dio una onza de oro como un sol de mediodía.” (De Rivas, Duque. 1998. p. 42)
La cita anterior nos entrega claves para corroborar que el personaje de Don Álvaro estaba predispuesto a una fatalidad. Preciosilla funciona como un mensajero el destino, ella cumple con avisarle a Don Álvaro que su existencia está marcada por una mala estrella que lo perseguirá por siempre, hay que destacar que ella le entrega información abierta, sin puntualizar hechos ni circunstancias puntuales en que se verá involucrado.
La consideración que ella posee hacia Don Álvaro lo ensalza hacia una categoría de héroe, destacando la visión positiva popular que se posee de él como figura de alteridad.
Por otra parte, tenemos que destacar que frente a los avisos del Destino, vehiculados por Preciosilla, Don Álvaro no queda indiferente, agradeciéndolos a través del pago, con este gesto se produce una unión entre los ideales prefigurados por el Destino y lo que le tiene preparado a nuestro protagonista, se transforma en un trato.
A partir de lo anterior comienzan a suceder una seguidilla de situaciones que van gatillando las predicciones de Preciosilla. Debemos considerar que se comienzan a enlazar nuevas ideas referente al concepto de alteridad en la obra, pues la visión entregada por parte de la noble familia de su amada es que él no es más que un hijo de un Inca, lo que lo transporta inmediatamente a un escalafón social inferior dentro de los estamentos considerados como óptimos para pertenecer a una familia de clase alta en la España del siglo XIX, situación perfectamente comprobable en la cita que continúa.
CANÓNIGO. Señor militar, el señor marqués hace muy bien. El caso es sencillísimo. Don Álvaro llegó hace dos meses, nadie sabe quién es. Ha pedido en casamiento a doña Leonor, y el marqués, no juzgándolo buen partido para su hija, se la ha negado. Parece que la señorita estaba encaprichadilla, fascinada, y el padre se la ha llevado al campo, a la hacienda que tiene en el Aljarafe, para distraerla. En todo lo cual el señor marqués se ha comportado como persona prudente. (De Rivas, Duque. 1998. p. 43-44)
De la situación anterior podemos agregar el hecho de que es de conocimiento común y público las verdaderas intensiones del Marqués, frente a los actos de conquista de Don Álvaro, esto habla de la permeabilidad que existe en la información y que los secretos son a voces dentro de la comunidad. Además, reafirmamos el hecho de que existe una polaridad producida entre quienes están a favor de Don Álvaro y quienes apoyan al padre de Leonor. En el primer caso se aprecia una visión innovadora frente a la valorización de las personas por sus características personales, Don Álvaro es un buen partido porque es la visión de otro exitosos a pesar de las fatalidades vividas dentro de su familia y se ha sobrepuesto a ellas. En el segundo caso, está la visión clásica y conservadora de los atributos para pertenecer a la elite de la sociedad española, aspectos que no son compatibles con la otredad de Don Álvaro, quien, para el Marqués, no es más que un desconocido, impuro, aunque con algo de suerte. Podemos destacar que en la sociedad española de aquella época importaban más los aspectos que hacen referencia a la pureza de sangre y a la posesión de algún título que le entregue un cierto grado de nobleza o hidalguía. La contraparte de esta visión es Don Álvaro propiamente tal, esto porque:
“Nótese que don Álvaro no se avergüenza de su origen inca aristocrático; antes bien se enorgullece de él. Lo que no puede reconocer es el elemento indígena como tal de esa identidad. Incluso bajo su identidad “santa” de padre Rafael reacciona con agresividad fuera de tono cuando el hermano Melitón le compara en broma con un mulato o un indio. La aristocracia inca se equipara para él con la aristocracia castellana. (Valero y Zighelboin. 2006. Revista Decimonónica. p. 63)”
Una de las primeras escenas que configuran el trágico destino del personaje es el casual disparo al padre de Doña Leonor, el Marqués de Calatrava, quien muere a causa de este suceso.
Don Álvaro y Doña Leonor se encuentran dentro de su habitación preparando su fuga, que está consensuada de antes, luego del atraso del protagonista el Marqués entra a la habitación, se desarrolla un conflicto con todos los personajes que se encuentran ahí (Don Álvaro, Doña Leonor, El Marqués, Curra y dos criados), los cuales se enfrentan, se lanzan maldiciones a las que Don Álvaro responde valientemente diciendo que es él el culpable de todo y que se entrega a los designios del Marqués, en aquel momento se escapa un tiro de la pistola al lanzarla al suelo y el padre de Leonor es herido de muerte.
Frente a esta funesta casualidad se genera una nueva interpretación de los dichos de Preciosilla, es aquí y ahora donde nuestro protagonista se transforma en un fugitivo de su realidad trágica por esencia.
Este hecho es el que abre un nuevo estado de las cosas, de este hecho en adelante, todo lo que Don Álvaro haga se transforma en un hecho trágico donde el Destino se confabulara en hacer de él un ser torturado, sucediendo incluso momentos en que sin mayores explicaciones se ve libre para luego volver a ser presionado por su Sino fatal.
Otro punto de análisis es el hecho de que Don Álvaro en si no es un personaje marcado por un instinto asesino, pues debemos recordar el hecho de que él salva la vida de Don Carlos, luego del juego con otros personajes. El mestizo le brinda su apoyo, sin pasársele por la cabeza el poder eliminarlo. Esta situación se sustenta a través del desconocimiento recíproco de ellos, con esto confirmamos que el destino ha hecho una nueva jugarreta y ha juntado en una insólita situación a dos enemigos en que uno (Don Carlos), ha jurado la muerte para el otro, en venganza por la muerte de su padre, en que finalmente muere a manos de Don Álvaro en una pelea.
Seguido de esto, existe un cambio psicológico en nuestro protagonista, ya no piensa en la muerte como un enemigo más que indefectiblemente ganará la batalla con el paso de los años, sino que decide ir en su encuentro para librarse de padecer del que es blanco y terminar rápido con su sufrimiento.
El Destino en esta obra nunca ha estado ausente, pues incluso desde antes que se desarrollara la pasión entre Doña Leonor y Don Álvaro, se había planificado que no sería una sencilla y tradicional vida. Si él no se hubiera propuesto el ir a España a recuperar el honor de su familia, nada hubiese sucedido, con esto podemos unir el hecho de que el Sino ya poseía una configuración específica con respecto a desde que momento se comenzaría la lucha constante contra él. En un análisis más profundo podríamos decir que El Destino, toma la forma de un guerrero que espera el nacimiento de Don Álvaro para batirse a duelo y demostrar que es una fuerza superior a la que nadie puede sobreponerse. De esto podemos desprender el hecho de que siempre ha existido un ejercicio del poder por parte de las fuerzas superiores, hay que destacar que por la actividad narrativa que se desarrolla en el texto y el carácter personificado del Destino, no sería extraño que Duque de Rivas tratare de significar distintamente a la imagen del destino y no sería descabellado el pensar de que aquella Fuerza del Sino pudiese corresponder a la sociedad estructuradamente disciplinaria de la época, por lo que las diferentes situaciones a las que se ve enfrentado Don Álvaro no serían otra cosa que las consecuencias preparadas por la sociedad de aquella época como defensa frente a un personaje de alteridad que demuestra nuevas facetas de valorización, un aprecio por parte del pueblo, deslegitimizando la importancia de la nobleza como entes reguladores del poder y de la sociedad.
El carácter de otredad, desde la perspectiva anterior que planteamos no tiene otra opción más que ser lo segregado por el Destino, destacamos el hecho de que frente a la alteridad existen dos caminos que pueden ser abordados, uno es que el personaje en cuestión se moldee según la perspectiva social aceptando todo sin objeciones , y una segunda correspondería a que sólo sea excluido de la sociedad, sin importar que tan amplia sea la resistencia que exprese, ni por cuanto tiempo la mantenga, de todas formas la sociedad y la comunidad que ejerce el poder se encargará de callar esta situación.
Frente a esto, esta obra plantea un nuevo camino, pues Don Álvaro no se entrega al sistema hegemónico predominante, ni se aísla de él, sino que opta por una opción distinta, no menos extremista, pero que demuestra la mantención hasta último minuto de sus valores y principios.
Cabe destacar que el sino trágico no sólo afecta a don Álvaro, sino también a doña Leonor, pues ésta al igual que el protagonista ha sido predestinada a la fatalidad. La madre de Preciosilla ha anunciado que la fortuna de esta joven será trágica: “PRECIOSILLA. ¡Pobre niña!... ¡Qué linda que es, y qué salada!... Negra suerte le espera... Mi madre la dijo la buenaventura, recién nacida, y siempre que la nombra se le saltan las lágrimas... Pues el generoso don Álvaro...” (De Rivas, Duque. 1998. p. 45). Este hecho se comprueba con el trágico final de doña Leonor, pues ésta después haber permanecido oculta a los ojos de la sociedad, se reencuentra con Don Álvaro y don Alfonso (su hermano) mientras ellos están discutiendo. Don Alfonso, cree que su hermana y su seductor siempre habían estado en contacto y decide quitarle la vida, con lo que se acabarían las posibilidades de felicidad para ambos personajes.
El suceso anterior desencadenará la inesperada decisión del suicidio de don Álvaro, quien tras asesinar al hermano de Leonor no encuentra un punto de fuga para librarse de la condena de su Sino trágico, por lo cual desecha todas las opciones de encontrar su felicidad optando, por quitarse la vida y así terminar con todas las trágicas jugadas que el destino le ha trazado, como se destaca a continuación:
“El suicidio de don Álvaro es, en esta tesitura, el único punto en común entre su corazón y su cabeza. En ese crisol en que el dolor, al mezclarse con la enajenación, produce la desesperación del individuo, su soledad es absoluta. y donde no cabe consuelo, deviene ingenua pertinencia la vulgar creencia de que un tiempo todo lo cura, o en un más allá que acogerá a los elegidos. El hombre desesperado es un ser en estado de naturaleza psicológico, puramente amoral, y ante un ser fuera de sí, y por consiguiente fuera de la sociedad –que la desesperación, en su abominación de ella, confunde con “el mundo” – que pueden ser su historia, su presente o futuro relativo a los otros dos: solo el precipicio, la muerte, logra consolar a quien le duele tanto su vida que ya no la siente, y comprender las razones de quien carece de sentido. Don Álvaro muere por que la estructural sinrazón de su sociedad, que no deja espacio a la mitad de la raza humana, el corazón, coherentemente le ha arrebatado su amor: y esa muerte del amor, la verdad más plena de sur ser, le mata el mundo. La muerte es la única justicia que cabe al amante hacer al mundo cuando el amor no cabe en él” (Hermosa, 2002. Revista Araucaria. p. 15)
Tenemos que destacar que la decisión por la que opta nuestro protagonista responde a un acto desesperado frente al asedio incesante del Destino, quien no se cansa de enfrentar a Don Álvaro con el golpe de la realidad, expresando su carácter de alteridad. Es él quien se encarga, al manipular el devenir del personaje principal logrando por su desarrollo novelesco ir construyéndose en un personaje de alteridad que está en un constante conflicto con la sociedad dominante por formar parte de la otredad por antonomasia, hecho que se contrapone debido a que el pueblo no lo etiqueta como otro, sino que se encarga de ensalzarlo como un ejemplo de superación y honor.
CONCLUSIÓN
Una vez que hemos analizado la historia de Don Álvaro, correspondiente a los niveles expresados a través de la investigación podemos concluir que, en una primera instancia Don Álvaro es el personaje figura de la alteridad por excelencia dentro del período romántico español. Él desarrolla sus vivencias centrándose en el cumplimiento de dos grandes propuestas personales, las que aprecia como rectoras de su existir y de las que siente una completa necesidad de lograr. Una de ellas es la recuperación de la honra de su familia, y la segunda corresponde a conseguir su ideal de amor por parte de un compromiso con Doña Leonor Vargas, hija del Marqués de Calatrava.
Todas sus expectativas se ven coartadas por la influencia y participación de una fuerza significada como metafísica a la que se le denomina Destino, un impulso que desde siempre ha existido, y como proponemos en la investigación, respondería a una metáfora utilizada por el Duque de Rivas para expresar que la sociedad disciplinaria de aquellos años era indiscutiblemente superior a través del ejercicio efusivo del poder como controlador social, quienes se encargan de delimitar la influencia de la otredad representada por Don Álvaro, un personaje que deviene en un ser, marginal para la sociedad, producto de su condición de mestizo.
Es por la constante irrupción de aquella fuerza a la que se le entregan ribetes personificados, que obligan a que nuestro protagonista opte por una decisión inesperada y sorpresiva, no aceptando las opciones entregadas por la sociedad, en las que se encontraban aceptar lo propuesto por la sociedad y mantenerse en el completo aislamiento, sino que más bien busca una nueva alternativa de fuga para la realidad que vive, optando por el suicidio como método liberador de su constante sufrimiento.
BIBLIOGRAFÍA
· Barberá, Ester y Martínez Benlloch, Isabel. 2004. Psicología y Género. Madrid. Pearson Practice Hall.
· De Rivas, Duque (Ángel de Saavedra). 1998. Don Álvaro o la Fuerza del Sino. España. Editorial Alba.
· Grau, Olga y otras. 1997. Discurso, Género y Poder. Discursos Públicos: Chile 1978- 1993. Santiago. LOM-ARCIS.
Consultas en Internet.
· Hermosa, Antonio. 2002 “Tragedias del Honor (amor, honor y destino en Don Álvaro o la Fuerza de Sino)” En:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/282/28230502.pdf
· Valero, José y Zighelboim, Stephanie. 2006. “Don Álvaro o la Fuerza del Sino” En: http://www.decimononica.org/VOL_3.1/Valero_y_Zighelboim_V3.1.pdf
Duque de Rivas
INTRODUCCIÓN
Dentro del período romántico realista, una de las obras cumbres iniciales de la literatura española de este período es sin duda, “Don Álvaro o la fuerza del Sino” del Duque de Rivas (Ángel de Saavedra 1791 – 1865), quien nos entrega una representación de las visiones y realidades de la sociedad española de aquellos tiempos, a través de un dinámico juego de diálogos y personajes en constante tensión dentro de la orientación dramática de la obra.
En nuestra investigación trataremos de desarrollar diferentes claves que se presentan dentro de la historia, con una amalgama de simbolismos y caracterizaciones de diferentes paradigmas.
Caracterizaremos la influencia del Destino como fuerza generadora de un devenir protagónico trágico, así como también la incorporación de un personaje que vislumbra los designios prefigurados por la fuerza del Sino: Preciosilla. Además, identificaremos que el destino posee un carácter propio e independiente y que implícitamente expresa un fundamento de poder social imperante que se corresponde con la idea de percibir a Don Álvaro como un ser estandarte de la alteridad.
Otro punto de análisis que abordaremos es la visión que tienen los personajes de los valores imperantes en la sociedad española de la época, la importancia que para algunos tienen las posesiones económicas y pureza de pureza de sangre, y los valores que Don Álvaro transgrede al suicidarse.
“Don Álvaro, como figura de alteridad, está determinado a un destino fatal”.
Es indudable que si nos referimos al peso existente en la narrativa de Don Álvaro o la fuerza del Sino tenemos que comenzar por abordar la temática del Destino, realidad inseparable frente al hecho de que el suceder narrativo se enlaza completamente con la presencia de éste.
En un comienzo el Sino se encuentra personificado en el personaje de Preciosilla, pues es ésta quien posee la característica de interpretar que nuestro protagonista, Don Álvaro, está marcado por una irrevocable concatenación de sucesos trágicos.
“PRECIOSILLA. Si los señores de Sevilla son vanidad y pobreza todo en una pieza. Don Álvaro es digno de ser marido de una emperadora... ¡Qué gallardo!... ¡Qué formal y qué generoso!... Hace pocos días que le dije la buenaventura (y por cierto no es buena la que le espera si las rayas de la mano no mienten), y me dio una onza de oro como un sol de mediodía.” (De Rivas, Duque. 1998. p. 42)
La cita anterior nos entrega claves para corroborar que el personaje de Don Álvaro estaba predispuesto a una fatalidad. Preciosilla funciona como un mensajero el destino, ella cumple con avisarle a Don Álvaro que su existencia está marcada por una mala estrella que lo perseguirá por siempre, hay que destacar que ella le entrega información abierta, sin puntualizar hechos ni circunstancias puntuales en que se verá involucrado.
La consideración que ella posee hacia Don Álvaro lo ensalza hacia una categoría de héroe, destacando la visión positiva popular que se posee de él como figura de alteridad.
Por otra parte, tenemos que destacar que frente a los avisos del Destino, vehiculados por Preciosilla, Don Álvaro no queda indiferente, agradeciéndolos a través del pago, con este gesto se produce una unión entre los ideales prefigurados por el Destino y lo que le tiene preparado a nuestro protagonista, se transforma en un trato.
A partir de lo anterior comienzan a suceder una seguidilla de situaciones que van gatillando las predicciones de Preciosilla. Debemos considerar que se comienzan a enlazar nuevas ideas referente al concepto de alteridad en la obra, pues la visión entregada por parte de la noble familia de su amada es que él no es más que un hijo de un Inca, lo que lo transporta inmediatamente a un escalafón social inferior dentro de los estamentos considerados como óptimos para pertenecer a una familia de clase alta en la España del siglo XIX, situación perfectamente comprobable en la cita que continúa.
CANÓNIGO. Señor militar, el señor marqués hace muy bien. El caso es sencillísimo. Don Álvaro llegó hace dos meses, nadie sabe quién es. Ha pedido en casamiento a doña Leonor, y el marqués, no juzgándolo buen partido para su hija, se la ha negado. Parece que la señorita estaba encaprichadilla, fascinada, y el padre se la ha llevado al campo, a la hacienda que tiene en el Aljarafe, para distraerla. En todo lo cual el señor marqués se ha comportado como persona prudente. (De Rivas, Duque. 1998. p. 43-44)
De la situación anterior podemos agregar el hecho de que es de conocimiento común y público las verdaderas intensiones del Marqués, frente a los actos de conquista de Don Álvaro, esto habla de la permeabilidad que existe en la información y que los secretos son a voces dentro de la comunidad. Además, reafirmamos el hecho de que existe una polaridad producida entre quienes están a favor de Don Álvaro y quienes apoyan al padre de Leonor. En el primer caso se aprecia una visión innovadora frente a la valorización de las personas por sus características personales, Don Álvaro es un buen partido porque es la visión de otro exitosos a pesar de las fatalidades vividas dentro de su familia y se ha sobrepuesto a ellas. En el segundo caso, está la visión clásica y conservadora de los atributos para pertenecer a la elite de la sociedad española, aspectos que no son compatibles con la otredad de Don Álvaro, quien, para el Marqués, no es más que un desconocido, impuro, aunque con algo de suerte. Podemos destacar que en la sociedad española de aquella época importaban más los aspectos que hacen referencia a la pureza de sangre y a la posesión de algún título que le entregue un cierto grado de nobleza o hidalguía. La contraparte de esta visión es Don Álvaro propiamente tal, esto porque:
“Nótese que don Álvaro no se avergüenza de su origen inca aristocrático; antes bien se enorgullece de él. Lo que no puede reconocer es el elemento indígena como tal de esa identidad. Incluso bajo su identidad “santa” de padre Rafael reacciona con agresividad fuera de tono cuando el hermano Melitón le compara en broma con un mulato o un indio. La aristocracia inca se equipara para él con la aristocracia castellana. (Valero y Zighelboin. 2006. Revista Decimonónica. p. 63)”
Una de las primeras escenas que configuran el trágico destino del personaje es el casual disparo al padre de Doña Leonor, el Marqués de Calatrava, quien muere a causa de este suceso.
Don Álvaro y Doña Leonor se encuentran dentro de su habitación preparando su fuga, que está consensuada de antes, luego del atraso del protagonista el Marqués entra a la habitación, se desarrolla un conflicto con todos los personajes que se encuentran ahí (Don Álvaro, Doña Leonor, El Marqués, Curra y dos criados), los cuales se enfrentan, se lanzan maldiciones a las que Don Álvaro responde valientemente diciendo que es él el culpable de todo y que se entrega a los designios del Marqués, en aquel momento se escapa un tiro de la pistola al lanzarla al suelo y el padre de Leonor es herido de muerte.
Frente a esta funesta casualidad se genera una nueva interpretación de los dichos de Preciosilla, es aquí y ahora donde nuestro protagonista se transforma en un fugitivo de su realidad trágica por esencia.
Este hecho es el que abre un nuevo estado de las cosas, de este hecho en adelante, todo lo que Don Álvaro haga se transforma en un hecho trágico donde el Destino se confabulara en hacer de él un ser torturado, sucediendo incluso momentos en que sin mayores explicaciones se ve libre para luego volver a ser presionado por su Sino fatal.
Otro punto de análisis es el hecho de que Don Álvaro en si no es un personaje marcado por un instinto asesino, pues debemos recordar el hecho de que él salva la vida de Don Carlos, luego del juego con otros personajes. El mestizo le brinda su apoyo, sin pasársele por la cabeza el poder eliminarlo. Esta situación se sustenta a través del desconocimiento recíproco de ellos, con esto confirmamos que el destino ha hecho una nueva jugarreta y ha juntado en una insólita situación a dos enemigos en que uno (Don Carlos), ha jurado la muerte para el otro, en venganza por la muerte de su padre, en que finalmente muere a manos de Don Álvaro en una pelea.
Seguido de esto, existe un cambio psicológico en nuestro protagonista, ya no piensa en la muerte como un enemigo más que indefectiblemente ganará la batalla con el paso de los años, sino que decide ir en su encuentro para librarse de padecer del que es blanco y terminar rápido con su sufrimiento.
El Destino en esta obra nunca ha estado ausente, pues incluso desde antes que se desarrollara la pasión entre Doña Leonor y Don Álvaro, se había planificado que no sería una sencilla y tradicional vida. Si él no se hubiera propuesto el ir a España a recuperar el honor de su familia, nada hubiese sucedido, con esto podemos unir el hecho de que el Sino ya poseía una configuración específica con respecto a desde que momento se comenzaría la lucha constante contra él. En un análisis más profundo podríamos decir que El Destino, toma la forma de un guerrero que espera el nacimiento de Don Álvaro para batirse a duelo y demostrar que es una fuerza superior a la que nadie puede sobreponerse. De esto podemos desprender el hecho de que siempre ha existido un ejercicio del poder por parte de las fuerzas superiores, hay que destacar que por la actividad narrativa que se desarrolla en el texto y el carácter personificado del Destino, no sería extraño que Duque de Rivas tratare de significar distintamente a la imagen del destino y no sería descabellado el pensar de que aquella Fuerza del Sino pudiese corresponder a la sociedad estructuradamente disciplinaria de la época, por lo que las diferentes situaciones a las que se ve enfrentado Don Álvaro no serían otra cosa que las consecuencias preparadas por la sociedad de aquella época como defensa frente a un personaje de alteridad que demuestra nuevas facetas de valorización, un aprecio por parte del pueblo, deslegitimizando la importancia de la nobleza como entes reguladores del poder y de la sociedad.
El carácter de otredad, desde la perspectiva anterior que planteamos no tiene otra opción más que ser lo segregado por el Destino, destacamos el hecho de que frente a la alteridad existen dos caminos que pueden ser abordados, uno es que el personaje en cuestión se moldee según la perspectiva social aceptando todo sin objeciones , y una segunda correspondería a que sólo sea excluido de la sociedad, sin importar que tan amplia sea la resistencia que exprese, ni por cuanto tiempo la mantenga, de todas formas la sociedad y la comunidad que ejerce el poder se encargará de callar esta situación.
Frente a esto, esta obra plantea un nuevo camino, pues Don Álvaro no se entrega al sistema hegemónico predominante, ni se aísla de él, sino que opta por una opción distinta, no menos extremista, pero que demuestra la mantención hasta último minuto de sus valores y principios.
Cabe destacar que el sino trágico no sólo afecta a don Álvaro, sino también a doña Leonor, pues ésta al igual que el protagonista ha sido predestinada a la fatalidad. La madre de Preciosilla ha anunciado que la fortuna de esta joven será trágica: “PRECIOSILLA. ¡Pobre niña!... ¡Qué linda que es, y qué salada!... Negra suerte le espera... Mi madre la dijo la buenaventura, recién nacida, y siempre que la nombra se le saltan las lágrimas... Pues el generoso don Álvaro...” (De Rivas, Duque. 1998. p. 45). Este hecho se comprueba con el trágico final de doña Leonor, pues ésta después haber permanecido oculta a los ojos de la sociedad, se reencuentra con Don Álvaro y don Alfonso (su hermano) mientras ellos están discutiendo. Don Alfonso, cree que su hermana y su seductor siempre habían estado en contacto y decide quitarle la vida, con lo que se acabarían las posibilidades de felicidad para ambos personajes.
El suceso anterior desencadenará la inesperada decisión del suicidio de don Álvaro, quien tras asesinar al hermano de Leonor no encuentra un punto de fuga para librarse de la condena de su Sino trágico, por lo cual desecha todas las opciones de encontrar su felicidad optando, por quitarse la vida y así terminar con todas las trágicas jugadas que el destino le ha trazado, como se destaca a continuación:
“El suicidio de don Álvaro es, en esta tesitura, el único punto en común entre su corazón y su cabeza. En ese crisol en que el dolor, al mezclarse con la enajenación, produce la desesperación del individuo, su soledad es absoluta. y donde no cabe consuelo, deviene ingenua pertinencia la vulgar creencia de que un tiempo todo lo cura, o en un más allá que acogerá a los elegidos. El hombre desesperado es un ser en estado de naturaleza psicológico, puramente amoral, y ante un ser fuera de sí, y por consiguiente fuera de la sociedad –que la desesperación, en su abominación de ella, confunde con “el mundo” – que pueden ser su historia, su presente o futuro relativo a los otros dos: solo el precipicio, la muerte, logra consolar a quien le duele tanto su vida que ya no la siente, y comprender las razones de quien carece de sentido. Don Álvaro muere por que la estructural sinrazón de su sociedad, que no deja espacio a la mitad de la raza humana, el corazón, coherentemente le ha arrebatado su amor: y esa muerte del amor, la verdad más plena de sur ser, le mata el mundo. La muerte es la única justicia que cabe al amante hacer al mundo cuando el amor no cabe en él” (Hermosa, 2002. Revista Araucaria. p. 15)
Tenemos que destacar que la decisión por la que opta nuestro protagonista responde a un acto desesperado frente al asedio incesante del Destino, quien no se cansa de enfrentar a Don Álvaro con el golpe de la realidad, expresando su carácter de alteridad. Es él quien se encarga, al manipular el devenir del personaje principal logrando por su desarrollo novelesco ir construyéndose en un personaje de alteridad que está en un constante conflicto con la sociedad dominante por formar parte de la otredad por antonomasia, hecho que se contrapone debido a que el pueblo no lo etiqueta como otro, sino que se encarga de ensalzarlo como un ejemplo de superación y honor.
CONCLUSIÓN
Una vez que hemos analizado la historia de Don Álvaro, correspondiente a los niveles expresados a través de la investigación podemos concluir que, en una primera instancia Don Álvaro es el personaje figura de la alteridad por excelencia dentro del período romántico español. Él desarrolla sus vivencias centrándose en el cumplimiento de dos grandes propuestas personales, las que aprecia como rectoras de su existir y de las que siente una completa necesidad de lograr. Una de ellas es la recuperación de la honra de su familia, y la segunda corresponde a conseguir su ideal de amor por parte de un compromiso con Doña Leonor Vargas, hija del Marqués de Calatrava.
Todas sus expectativas se ven coartadas por la influencia y participación de una fuerza significada como metafísica a la que se le denomina Destino, un impulso que desde siempre ha existido, y como proponemos en la investigación, respondería a una metáfora utilizada por el Duque de Rivas para expresar que la sociedad disciplinaria de aquellos años era indiscutiblemente superior a través del ejercicio efusivo del poder como controlador social, quienes se encargan de delimitar la influencia de la otredad representada por Don Álvaro, un personaje que deviene en un ser, marginal para la sociedad, producto de su condición de mestizo.
Es por la constante irrupción de aquella fuerza a la que se le entregan ribetes personificados, que obligan a que nuestro protagonista opte por una decisión inesperada y sorpresiva, no aceptando las opciones entregadas por la sociedad, en las que se encontraban aceptar lo propuesto por la sociedad y mantenerse en el completo aislamiento, sino que más bien busca una nueva alternativa de fuga para la realidad que vive, optando por el suicidio como método liberador de su constante sufrimiento.
BIBLIOGRAFÍA
· Barberá, Ester y Martínez Benlloch, Isabel. 2004. Psicología y Género. Madrid. Pearson Practice Hall.
· De Rivas, Duque (Ángel de Saavedra). 1998. Don Álvaro o la Fuerza del Sino. España. Editorial Alba.
· Grau, Olga y otras. 1997. Discurso, Género y Poder. Discursos Públicos: Chile 1978- 1993. Santiago. LOM-ARCIS.
Consultas en Internet.
· Hermosa, Antonio. 2002 “Tragedias del Honor (amor, honor y destino en Don Álvaro o la Fuerza de Sino)” En:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/282/28230502.pdf
· Valero, José y Zighelboim, Stephanie. 2006. “Don Álvaro o la Fuerza del Sino” En: http://www.decimononica.org/VOL_3.1/Valero_y_Zighelboim_V3.1.pdf
Los Diversos Sentidos de la Marginalidad en el Teatro Chileno Contemporáneo

Existen muchas perspectivas para el análisis de las obras teatrales, desde los personajes, los tópicos, el espacio, entre otros. En este trabajo me centraré en el análisis de tópicos presentes en el teatro chileno contemporáneo, específicamente el tópico de la Marginalidad presentes en las obras de Juan Radrigán, Andrés Pérez, Alfredo Castro, Egon Wolff, Ictus y de David Benavente y el TIT.
El estudio de la marginalidad se puede realizar de diversas perspectivas, la primera y más obvia es aquella en que los personajes son apartados de la sociedad o rechazados por ella por su precaria condición social. Otra perspectiva desde la cual podemos asumir que un personaje es marginal es porque posee se aleja de las normas socialmente impuestas, transformándose en una minoría social. La marginalidad está dada también por pertenecer a una minoría sexual, por problemas sociales como el abandono de un niño, por sentirse excluido de la sociedad, por encontrarse en un país distinto, lo que me hace ser marginal frente al resto de las personas de ese lugar.
En general el tópico de la marginalidad puede darse en muchos sentidos las distintas miradas presentes en los autores ya mencionados serán el eje central en este trabajo, además del análisis de cómo afecta a los personajes de una obra teatral y a quienes les rodean es el punto central de mi análisis.
En primer lugar realizaré un análisis de la Marginalidad en obra de Radrigán, centrándome en El loco y La Triste[1]. Esta obra de Radrigán, estrenada en el año 1980, trata de la historia de una mujer llamada Eva, y de Huinca un hombre vagabundo caracterizado por la soledad y que ha dedicado su vida al alcohol. En estas obra los personajes principales se caracterizan por ser marginales de la sociedad, esto en todos los sentidos, pues son personajes que no poseen bienes materiales y que además han tenido un mal pasar en sus vidas, y sumado a esto se agrega la soledad en la que han vivido.
Sin duda quién lucha por salir de esta marginalidad es Eva, ella desea tener su propia casa, saber que se siente, poder decorarla de acuerdo con sus gustos, pero Huinca trata de traerla a su realidad. Eva es una prostituta, condición que ya la sitúa al margen de la sociedad, además de esta mujer posee un defecto en su pierna, y ya no está en sus mejores años para trabajar, por lo que puedo señalar que no sólo es marginal por su condición de prostituta, se transforma en marginal dentro del ambiente en el que se desenvuelve, pues según lo señala el propio personaje Huinca existen otras prostitutas más jóvenes y sin defectos físicos que los clientes preferirán.
Estos dos personajes son excluidos y rechazados por la sociedad, a nadie le importa que dentro de aquella casa estén estas personas, y que al derrumbarla morirán, lo que refleja completamente su condición de seres marginados. El destino une a estos personajes y al final de la obra Huinca pide a Eva que se casen para no seguir sintiéndose sólo en lo poco que le queda de vida.
El modo de fuga de esta marginalidad para Huinca ha sido el alcohol, pues de esta manera puede olvidar, pero sin duda aquello que más le afecta es su soledad, es por esto que le pide a Eva que se casen, sin pensar en que su muerte está próxima, él lo sabe pues está muy enfermo, pero no quiere salir adelante, no quiere atención médica, y prefiere que la muerte llegue en cualquier momento.
La condición de marginalidad implica en estos personajes una especie de muerte pues no poseen una gran importancia para la sociedad, aunque estén vivos no existe nadie que se preocupe por ellos, y cuando alguien le ve los trata como seres marginales a los cuales es mejor tener en la cárcel, sobretodo en el caso de Huinca.
La marginalidad en estos personajes se percibe también en su vestimenta y en su lenguaje, característico de las clases inferiores. Puedo señalar que en la obra la muerte de estos personajes también sirve como modo de fuga de esta marginalidad, pues así los personajes dejan por completo esta condición, y según ellos pueden dejar de sufrir.
El tema de la marginalidad en la obra de Andrés Pérez, lo analizaré a partir de su obra Nemesio Pelao, dime, Por Dios, qué te ha pasado[2], puesta en escena de la compañía Gran Circo Teatro, el año 1999. Haciendo una pequeña síntesis, puedo señalar que la obra muestra la historia de un niño nacido en el sur chileno, en la década del 30, que por distintas razones su madre no sabe quién es su padre. Su paternidad se ve disputada entonces por dos hombres, lo que causa en Nemesio una gran frustración en su vida desde muy pequeño. Cuando ya es casi un adolescente, decide irse, y olvidar su pena viviendo varias situaciones. Con el tiempo, la historia se repite y es él quien debe defender la paternidad de su propio hijo frente a otro hombre.
Nemesio al no saber quién es su padre se convierte para el resto en un huacho, es decir en un ser marginal, lo que lo obliga a huir y tratar de buscar sus raíces e identidad para logar salir de su condición de marginalidad. La marginalidad en este sentido es apreciable desde la infancia de Nemesio pues al no saber quién es su padre, se transforma en un ser distinto para la sociedad de la época, pero su historia no queda allí pues ésta se repite para el hijo de Nemesio.
La marginalidad también puedo analizarla desde la perspectiva de la madre de Nemesio, pues no era común para la época que una mujer no supiera quién era el padre de su hijo. Las mujeres que poseen esa condición en aquella época (la obra está ambientada en los años 30) no eran aceptadas por la sociedad, por lo tanto se transforma en una mujer que transgrede las normas sociales generando su propia condición de marginalidad y además heredándole esta condición a Nemesio.
En esta obra la marginalidad en cuanto a la madre de Nemesio es buscada por ella, sin embargo en Nemesio es traída desde su nacimiento y su única solución es encontrar a su padre para eliminar todos los complejos que lleva producto de este estado.
De la obra de Egon Wolff he seleccionado La balsa de la Medusa[3], estrenada por primera vez el año 1984. Esta obra relata la historia de de un grupo de personas de alta clase social que van de visita a la casa de Leonardo y por un atentado deben permanecer por diez días en ese lugar. La casa está ubicada en un lugar periférico de la ciudad, un lugar marginal, sin embargo la casa, esta casa posee grandes comodidades que los personajes irán conociendo a medida que avanzan los días.
A la casa de Leonardo entran muchas veces personas pobres que mendigan en aquel lugar, a penas el dueño se descuida ellos aprovechan para entrar en aquel lugar, lo que provoca el rechazo de los invitados de Leonardo pues ven en ellos a personas distintas que no deberían estar ceca de ellos.
La marginalidad se expresa en estos personajes por su forma de vestir, por el hecho de mendigar en la casa de Leonardo. Pero sin duda hay una escena vista por Emilia, una de las mujeres visita esta casa, según ella vio que la pobreza en este lugar era extrema tanto que niños comían las tripas de un perro muerto, escena que el resto de los invitados no quiso mirar.
A todos los invitados les parece que es un lugar muy extraño, sienten que no deberían estar ahí, en alguna ocasión señalan que para llegar a aquella casa tuvieron que cruzar pantanos y barrios muy pobres a los que ellos no estaban acostumbrados a entrar.
En esta obra se denuncia la poca conciencia social de la clase burguesa pues no se preocupan del trasfondo social de estos personajes marginales, sin duda prefieren no ver la real situación en que viven muchas personas antes que intentar ayudarlos, ellos prefieren seguir divirtiéndose y pensar en cómo están sus hijos en sus lujosas casa en vez de ver la realidad que les rodea en ese momento.
Los pordioseros del barranco, como se menciona en la obra a los personajes marginales, son personas que buscan una oportunidad para alimentarse, y la buscan en el único lugar que tienen al alcance, la casa de Leonardo. Para los invitados de la cas esto representa una verdadera invasión, por lo que Conrado intenta hacer lo posible para alejarlos y que los invitados no se sientan mal en el lugar que le ha tocado estar por algunos días.
Estos pordioseros reconocen que los demás personajes poseen una mejor condición y saben que aunque estén llenos de lujos, los invitados no pretenden compartir nada con estos pordioseros. La marginalidad se percibe en ellos también por su característica de portar grandes bolsas llenas de desperdicios, sus ropas son harapos y además están sucios, lo que provoca un total rechazo en quienes los ven.
Los movimientos de los pordioseros son grotescos y amenazantes, lo que provoca aún más rechazo cuando se acercan a la casa. Además carecen de buenas conductas cuando están dentro de la casa pues suben a los sillones, saltan, arañan las puertas, y causan destrozos, Leonardo, el dueño de la casa prefiere arrancar de ellos, esconderse para no tener que presenciar sus malas conductas y delega este función a su mayordomo, Conrado.
De la compañía del teatro de la memoria, en dirección de Alfredo castro me remitiré al análisis de la obra Mano de Obra[4], estrenada el año 2003, esta obra trata de un grupo de empleados de un supermercado que comparten una casa e instalan un simulacro de comunidad de emergencia. Estos personajes han sido sometidos a pésimas condiciones de trabajo, es por esto que se ven obligados a compartir esta casa, viviendo hacinados dentro de ella y en condiciones precarias.
Existe entre estos personajes la preocupación por la posibilidad de quedar cesantes, lo que les transformaría en personas marginales que tendrían aún mayores dificultades económicas. Ellos están sobreviviendo en el sistema, con la ferocidad de una entidad vinculada por el desamparo, en la cual los afectos, las lealtades y la solidaridad, como valores del humanismo, se han perdido.
Los personajes se caracterizan por estar en un constante estado de nerviosismo y de estrés, lo que suscita una pésima convivencia entre estos trabajadores. La amenaza se siente en el ambiente de los trabajadores del supermercado, el stress de la venta, de ser promovido o destinado a la sección de "los infames", y sumado a todo esto el que los maltraten sus propios clientes y por ende también sus patrones forman parte de sus tristes vidas. Todo esto gatilla en que su marginalidad sea más apreciable, son seres inferiores para sus patrones, y además para sus clientes, es por esto que la marginalidad se va apoderando cada vez más en este modo de subsistencia que han adoptado.
Dentro de la comunidad, se provocan engaños, mentiras, violencia física y verbal, alcoholismo. Todos estos rasgos los van alejando cada vez más del centro de la sociedad, los personajes se van configurando sus vidas a partir de la mediocridad de sus sueldos y de su imposibilidad de solucionar sus conflictos y su condición laboral, lo que genera más marginalidad en la obra. Este tópico también está dado en la obra porque los personajes que temen a la cesantía es una marginalidad a punto de llegar, estos individuos ven en su trabajo un modo de opresión y de esclavitud.
La tensión sube y sube mientras los sueldos se reducen, las traiciones proliferan y surgen nuevos líderes. Todos estos aspectos generan que la marginalidad se aprecie cada vez más en ellos, ya no es sólo la vivienda precaria, ya no es sólo su condición de inseguridad laboral, sino que también se va asumiendo emocionalmente la marginalidad de los personajes.
Los trabajadores de este supermercado (la cajera, la promotora, el guardia de seguridad, el escolar que pone todo en bolsas, el jefe de bodega, el reponedor etc.) son dependientes del consumo de los demás, es por esto que los clientes se sienten con el derecho de tratarlos como seres inferiores pues si ellos no compran no hay trabajo, y los personajes necesitan trabajar para poder combatir el hambre.
Los trabajadores del supermercado son traicionados por su líder Enrique y quedan sin trabajo, por lo que deciden lanzarse a la indigencia, aceptando su marginalidad, sin luchar por salir de ella y aceptando su marginalidad como modo de subsistencia.
En esta obra la marginalidad se va apoderando poco a poco de los personajes, que en un principio se resistían a esta condición, pero que debido a las circunstancias deben aceptarla, pues no encuentran una mejor solución a sus problemas laborales, lo que lleva consigo la transformación no sólo de una condición de económica, sino también anímica.
En relación con la compañía de teatro Ictus me referiré a la obra Lindo País Esquina Con Vista al Mar[5], que fue estrenada por primera vez en el año 1979. En esta obra la marginalidad se da en diversas perspectivas, pero hay dos que sin duda llaman mucho mi atención. Estas son en el primer cuadro titulado Ángeles negros y el quinto cuadro llamado Toda una Vida.
El primer cuadro los personajes Clarisa y Alfonso, personajes pertenecientes a la alta sociedad, están disgustados por que se perra regalona, Pilola, está enamorada de un perro marginal, el Negro. Ellos a pesar de que Clarisa y Alfonso se opongan igual quieren estar juntos, por lo que al final del cuadro Alfonso los mata con un balazo.
Pilola es tratada por sus amos como una hija, a la que no quieren dejar relacionarse cualquier perro de la calle, todo esto puedo interpretarlo como una alegoría de la realidad, pues las personas de una mejor condición socioeconómica no permiten que sus hijos se mezclen con persona inferiores a ellos. En esta obra Alfonso y su esposa intentan separar a estos dos perros de distintas maneras incluso utilizando la violencia, pero sin embargo estos dos perros logran estar juntos. Al ver esta situación Alfonso no puede soportar que su perrita de raza muy fina esté con este perro y en un momento de desesperación mata a negro, y luego, ve que Pilola está furiosa y también le dispara, terminando con toda la posibilidad de desprestigio de que su perra esté con aquel perro marginal.
Algunas de las diferencias claras que aparecen en la obra son que Pilola está inscrita, en cambio Negro, no lo está, además esta perra pertenece a un hogar bien constituido, en cambio Negro es un perro de la calle. Por este hecho los personajes quieren enviarlo a la cárcel (perrera), y toda la situación causa una desesperación en la familia.
El tema de la marginalidad en este cuadro es clave, pues a través de este la historia logra encontrar su sentido, la clase alta no puede estar con seres marginales, ellos hacen todo para impedirlo, sin importar consecuencias, en Negro la marginalidad se expresa en todos los sentido, pues al pobre perro ni siquiera sabe bailar, lo que lo hacer ver con mayor inferioridad frente a Alfonso y Clarisa.
El quinto cuadro, trata la historia de un viejo, que está en un sanatorio psiquiátrico, pues tiene severos problemas de memoria, y relaciona hechos antiguos como si estuvieran ocurriendo en el momento. La condición de marginalidad en este cuadro está dada no por una condición social, sino por ser diferente al común de la gente, esto es tener problemas psicológicos la sociedad en general se olvida de ellos, no poseen voz como el resto de las personas, me refiero a que no pueden tomar decisiones sobre su propia vida, no pueden tener un trabajo, y son destinados a lugares que ni siquiera ellos pueden decidir, por lo tanto para la sociedad lo que ellos piensen y hagan no tiene real importancia, pues no tienen las capacidades mentales para discernir sobre sus actos.
Dentro de la obra se presentan personajes aparentemente cuerdo, por ejemplo Marilin, que es una enfermera del sanatorio, pero se convierte, desde mi perspectiva en un ser marginal producto de su constante característica de fingir creer en las locuras de Eustaquio, se transforma también en una loca, pues esto es lo que percibe Leontina, la otra enfermera.
Estas enfermeras pasan por un estado de crisis en la obra producto de que saben que ya no son muy jóvenes y les amenaza la posibilidad de cesantía, hecho que la convertiría totalmente en seres marginales, pues al no tener un trabajo su vida se transforma y tendrían muchas necesidades. Sin duda en este cuadro la marginalidad puede pasar no sólo por un estado de pobreza en cuanto a lo económico sino también por diversos estados como la locura, y el abandono.
Se pude una conexión entre esta obra y Mano de Obra del teatro de la memoria, pues en ambos casos la posibilidad de cesantía, se manifiesta como condición de posible marginalidad, en el caso de las enfermeras en por su edad, pues en ese sistema laboral la situación estaba cambiando y se desea personal joven y de buena presentación para atender a los enfermos y ellas no reúnen esas condiciones de las enfermeras.
La obra teatral Tres Marías y una Rosa[6], de David Benavente y el TIT, que fue puesta en escena por primera vez en el año 1979, nos plantea el tópico de la marginalidad a través de la historia de María Ester, Maruja, María y Rosa, ellas son mujeres de baja condición social y que sus maridos no tienen trabajo, lo que hace que ellas necesiten buscar nuevas alternativas para poder llevar el sustento a su hogar. Su marginalidad se expresa en todos los sentidos pues son mujeres que no se moldean a lo socialmente establecido para la época. Ellas rechazan su condición pero sin embargo no pueden salir de ella, pues no tienen mejores opciones que el trabajo artesanal, es decir el bordado de arpilleras con temas típicos de nuestro país.
La condición de marginalidad no sólo se expresa en su clase social, sino también en la utilización de su lenguaje, lo que nos hace percibir que estas mujeres tienen una escasa educación, y también se refleja en su vestimenta que es acorde a su condición, pues al no tener un buen trabajo deben vestirse precariamente, lo que acompaña muy bien su condición de marginalidad.
El Personaje Rosa, por ejemplo, debe mantener a su familia, a pesar de que su marido tiene trabajo, pero el problema radica en que en su empresa le pagan con juguetes pues la situación en ese lugar es muy mala, por lo que la familia de Rosa está pasando hambre y sólo encuentra una real solución en este trabajo artesanal.
Otro de los aspectos en los que puedo dilucidar la marginalidad es la ambientación, el lugar donde se sitúa la acción, esto es un en barrio marginal, una población en un sector urbano. El hecho de que sea un población ya posee en sí cierto grado de marginalidad, pues cuando se habla de este tipo de barrios inmediatamente se piensa en personas de baja condición social. Pero creo que sin duda estas mujeres no se dejan vencer por las adversidades que se le presentan, pues saben que su trabajo es necesario y que las arpilleras serán vendidas en el extranjero, lo que les hace sentirse, en cierto grado, importantes.
Por último, en esta obra se señala muy bien que para pertenecer a este grupo de artesanas es necesario ser un personaje marginado laboral y socialmente, las protagonistas se caracterizan por pasar hambre, tener esposos cesantes o ausentes, y a esto se les suma su poca educación, lo que no les permite optar a mejores opciones de vida.
A modo de conclusión puedo señalar que en el teatro chileno contemporáneo el tópico de la marginalidad es un tema transversal, que pasa no sólo por una condición social, sino por un modo de abandono de lo tradicionalmente establecido, por un tipo de fuga de la realidad y por la negación de aceptar una realidad de la cual es imposibles escapar.
Muchas veces se acepta la marginalidad en modo de rechazo frente a la realidad, pero sin duda esta condición en muchos casos no se elige, este es el caso de las personas con problemas psicológicos o que han sido abandonados. En muchos casos se entabla una lucha por salir de esa condición pues existen muchos motivos por los cuales se debe tratar de salir adelante, ya sea por los hijos, por el hambre (como en Tres María Y una Rosa).
En obras como las de Egon Wolff el teatro serviría de denuncia en contra de la clase burguesa y su poca conciencia social, frente a las clases más desprotegidas. La marginalidad como problema de nadie. Pero sin duda frente a esta circunstancia otros prefieren la muerte, como en el, caso de El Loco y la Triste, donde podemos ver reflejadas las injusticias de la sociedad, la despreocupación por lo que le sucede al resto de las personas, ellos están muertos en la conciencia de la sociedad pero ahora tendrán la muerte física que será la etapa donde según ellos tendrán una vida feliz, pues ya no habrá injusticias y es por este motivo que reciben la muerte cantando y bailando.
Es interesante analizar las diversas perspectivas de la marginalidad en el teatro, y qué factores intervienen en ella. Desde los distintos ámbitos de la marginalidad puedo señalar que poseer la condición de marginalidad hace que para el resto de las personas estos seres no existan, como ya mencioné anteriormente esta condición no se da sólo por pertenecer a una determinada clase, sino por diversos factores. Independiente de cuáles sean estos factores la marginalidad provoca una muerte en vida, pues se olvida en muchas ocasiones de los personajes que están pasando por esta etapa de sus vidas, y en muchos casos son objetos de burlas y menosprecios.
[1] Juan Radrigán. Hechos Consumados, teatro en 11 obras. Lom Ediciones 1998. Santiago de Chile
[2] En línea: http://www.grancircoteatro.cl/nemesio.htm
[3] Egon Wolff. Antología de obras teatrales. Consejo Nacional de Fomento del Libro y la lectura. Santiago, 2002.
[4] En línea: http://www.teatrolamemoria.cl/archivo_historico.html
[5] Teatro chileno contemporáneo, Antología , España, 1992
[6] Teatro chileno contemporáneo, Antología , España, 1992
La Muerte de un Viajante
En el presente trabajo se realizará un análisis estructural de un fragmento de La Muerte de un Viajante, del dramaturgo estadounidense Arthur Miller. Se analizará, por otra parte, la cosmovisión de los personajes, su modo de reaccionar frente a los diversos conflictos que se les presenta.
Destacaremos los aspectos más generales, como por ejemplo el género literario y subgénero al que pertenece la obra; y otros más particulares, por ejemplo los personajes y su función en el desarrollo de la historia, el ambiente en que transcurren los hechos, el argumento, localización del fragmento, el lenguaje utilizado por el escritor, entre otros.
Por último, se planteará un juicio crítico respecto a los diversos temas tratados en esta obra, intentando buscar respuestas al modo de actuar de los personajes, haciendo hincapié en la caracterización sociocultural que se presenta en la obra de Miller.
LA MUERTE DE UN VIAJANTE
(Arthur Miller)[1]
(Fragmento)
Hay ahora luz en el cuarto de los muchachos. Sin que se le vea, se oye a Willy hablar consigo mismo:”Ciento treinta kilómetros” y una risita. Biff sale de la cama, se adelanta un poco y escucha atentamente. Es dos años mayor que su hermano Happy; es apuesto, pero estos días parece abatido y menos seguro de sí mismo. Ha prosperado menos y sus sueños son mayores y menos aceptables que los de Happy. Éste es alto y atlético. La sexualidad es en él algo visible o un aroma que muchas mujeres han descubierto. Como su hermano, está desorientado, pero de un modo distinto, porque no se ha permitido pensar en la derrota y está por ello más confuso y endurecido, aunque aparentemente más contento.
Happy (saliendo de la cama):-Le van a quitar la licencia, si sigue así. Me está preocupando, ¿sabes?
Biff:- Está perdiendo la vista.
Happy:-No, he ido con él coche. Ve muy bien. Lo que pasa es que se distrae. Fui con él al centro la semana última. Se detiene ante la luz verde, cuando aparece la roja, se pone en marcha. (Se ríe)
Biff:- Tal vez no distinga los colores.
Happy:-¿Papá? Es el que más sabe de colores en el negocio. Lo sabes muy bien.
Biff (sentándose en la cama):-Voy a dormir.
Happy:- No seguirás enfadado con papá, ¿verdad, Biff?
Biff:-Creo que ya se le ha pasado.
Willy (debajo de ellos, en la sala):-Sí, señor, ciento treinta kilómetros, ciento treinta y tres…
Biff:-¿estas fumando?
Happy (ofreciéndole una cajetilla de cigarros): -¿Quieres uno?
Biff (tomando un cigarro): -No puedo dormir en cuanto huelo a tabaco.
Willy: -¡Qué manera de limpiar el coche!
Análisis del Fragmento
La Muerte de un Viajante, es considerada como una de las mejores obras contemporáneas teatrales. Fue escrita por el dramaturgo estadounidense Arthur Miller, en el año 1949. Después de haber escrito obras como: Todavía crece la Hierba, Un hombre Con mucha Suerte, Todos eran mis Hijos; teniendo esta última un mayor éxito. Posteriormente publicó algunas obras con bastante éxito, entre las cuales cabe mencionar: Las brujas de Salem (1953); Panorama desde el Puente (1955); Después de la Caída (1963); que evoca el periodo de su matrimonio con la actriz Marilyn Monroe; Incidente en Vichy (1964). También destacan algunas obras de carácter memorialístico: Al correr de los años. Ensayos reunidos (1944-2001). Miller fallece el 10 de febrero de 2005 en Roxbury, Connecticut.
Se puede decir que Miller no fue un autor didáctico y que su pensamiento está situado más bien en el lado de la moralidad que en el político. Sus protagonistas son hombres corrientes despojados trágicamente de sus seguridades. En sus creaciones denunció con insistencia la mentira del sueño americano, así como la responsabilidad individual y colectiva del hombre en el advenimiento de los desastres que se han sucedido a lo largo de la historia[2].
El fragmento se sitúa en al primer acto, cuando aparecen por primera vez los hijos del protagonista entablando una conversación, en su habitación, mientras Willy habla solo, en la sala, de la velocidad a la que conducía su auto.
La trascendencia de este fragmento en el desarrollo de la historia es que, a partir de éste, comienzan a aflorar las dificultades por las que está pasando la familia de Willy. Si bien es cierto, los episodios que preceden a este fragmento dejan entrever que el viajante tiene algunos problemas, pues ha chocado su automóvil, en este fragmento se presenta un nuevo conflicto, se nos habla de el enfado de Biff con su padre, sin mencionar el porqué.
Posteriormente, los acontecimientos se van desarrollando con mayor complejidad, se empiezan a acentuar los conflictos económicos por los que pasa la familia Loman. Se hace referencia a que en varias ocasiones Willy ya había chocado, y que el seguro comprometido aseguraba que estos accidentes no eran casuales, sino más bien provocados por el viajante.
Por otra parte, se percibe en la obra dramática que Biff está en constante conflicto con su padre debido a su mediocridad, puesto que en todos estos años no ha sido capaz de surgir, y decidió dejar tempranamente la casa de sus padres e independizarse. Este hecho fue producido por una situación que presenció Biff cuando encontró a su padre con otra mujer que no era su madre. A diferencia de Biff, su hermano menor, Happy, ha tenido una mejor suerte laboral y ha vivido siempre con sus padres
A partir de los hechos mencionados anteriormente, se irán presentando nuevos problemas, por ejemplo el intento fracasado de Biff para buscar trabajo. Por otra parte, Wiily es despedido del suyo, y rechaza el puesto de trabajo que le ofrece Charley, su amigo. La única ayuda que de él acepta un préstamo que nunca será devuelto, pues Willy decide suicidarse, tras no encontrar una salida satisfactoria a sus dificultades.
Esta obra pertenece al género Dramático y su carácter es trágico, pues en ella concluye en el funesto suicidio de Willy Loman, tras reflexionar acerca de su vida y de los problemas por los que pasa su familia.
La muerte de un viajante tiene como argumento los problemas a los que se ve enfrentada una familia norteamericana, que tiene su sustento en sólo en Willy, un viajante que siente una gran angustia existencial cuando comienza a reflexionar sobre su vida. En cuanto al argumento del fragmento, se puede decir que es una discusión entre Happy y Biff, acerca del descuido de su padre para conducir y de que capacidades posee Willy para esto.
De lo anterior podemos desprender, que el tema central del fragmento es la preocupación que sienten Biff y Happy por su padre, en relación a las capacidades del padre para conducir. En cuanto al tema de la obra dramática es la angustia que siente el protagonista por las dificultades de su vida. Lo que conlleva a su suicidio.
Los personajes que aparecen en el fragmento son: Willy, protagonista de la obra; Biff y Happy, hijos de Willy, estos además cumplen la función de personajes secundarios en el fragmento. Son caracterizados de manera activa, pues son capaces de generar propios puntos de vista con relación a un mismo acontecimiento, en el caso del fragmento sería la capacidad del padre para manejar y distinguir los colores.
En cuanto a la ambientación se puede decir que no se hacen grandes descripciones, en este fragmento. Sin embargo podemos saber que hay un auto en escena pues Willy hace mención a éste: “-¡Qué manera de limpiar el coche!”. Además, se pude saber a través de lo que dicen lo personajes y del discurso acotacional que los Biff y Happy se encuentran en un dormitorio en el segundo piso, abajo en la sala se encuentra Willy: “Hay ahora luz en el cuarto de los muchachos…”; “Biff (sentándose en la cama):-Voy a dormir.”; “Willy (debajo de ellos, en la sala…”.
En cuanto al lenguaje utilizado por los personajes, Miller decide escribir su obra en un registro informal.
Los acontecimientos dentro del fragmento son estructurados de la siguiente forma: el inicio, que comienza con el discurso acotacional en el cual se dan detalles físicos y psicológicos de los personajes, y algunas descripciones del ambiente y la ubicación de los personajes.
Podemos decir que el desarrollo de los acontecimientos ocurre cuando los personajes comienzan su diálogo, hasta cuando decide terminar la conversación con su hermano. (“Biff (sentándose en la cama):-Voy a dormir”).
El clímax del fragmento se encuentra en la pregunta que hace Happy a su hermano: “No seguirás enfadado con papá, ¿verdad, Biff?”; y la respuesta por parte de éste: “Biff:-Creo que ya se le ha pasado”. A partir de este hecho se produce una decadencia en la acción y los personajes cambian la temática de su conversación.
De lo dicho anteriormente, podemos desprender que después de esta respuesta por parte de Biff se produce el quiebre de la acción provocando un descenso en el fragmento y su desenlace.
La narración se presenta a través del diálogo de los personajes y a la vez podemos conocer los acontecimientos por medio del discurso Acotacional. En este sentido es muy importante destacar que este discurso cumple un rol fundamental, pues es este quien nos ayuda a conocer con mayor cabalidad los que los personajes realizan mientras dialogan e incluso los hechos que han ocurrido con anterioridad.
La disposición de los hechos se presenta en forma lineal, es decir, convergen hacia el desenlace de manera progresiva. Sin embargo, podemos encontrar el en fragmento algunas fracturas temporales, pues, a pesar de que la narración está presentada de manera lineal, los personajes mencionan hechos ocurridos con anterioridad: “Happy:-No, he ido con él coche. Ve muy bien. Lo que pasa es que se distrae. Fui con él al centro la semana última…”. Pero también en encontramos este tipo de fractura temporal en la acotación: “…Happy; es apuesto, pero estos días parece abatido y menos seguro de sí mismo. Ha prosperado menos y sus sueños son mayores y menos aceptables que los de Happy...”
Es necesario hacer referencia que en la obra dramática, sobre todo en el segundo acto presenta varios flashback, en los que los personajes recuerdan hechos ocurridos en el pasado y que se entremezclan con los hechos que ocurren en el presente de la historia.
Es relevante destacar que esta obra posee una particularidad respecto de las obras dramáticas tradicionales, pues sólo posee dos actos (no tres, como sería lo tradicional), y además un Réquiem, que corresponde a un breve diálogo de los personajes después de la trágica muerte del protagonista.
Podemos encontrar en el fragmento algunos elementos que cumplen la función de elementos catalíticos: “Willy (debajo de ellos, en la sala):-Sí, señor, ciento treinta kilómetros, ciento treinta y tres…”
En resumen, Arthur Miller presenta en esta obra los conflictos por los que pasa Wiily, quien, tras reflexionar sobre su vida, no encuentra otra salida a sus dificultades. En torno a esta temática gira toda la obra, constantes problemas que se van sumando uno tras otro, lo que causará una completa decepción al protagonista encontrando sólo la salida a ellos, en el suicidio.
En el fragmento podemos encontrar dos tipos de discursos: Acotacional, con el que podemos conocer lo que los personajes realizan cuando conversan, y algunas características físicas y psicológicas de ellos; y el Diálogo en sí de los personajes.
Otro aspecto fundamental es que en el fragmento se desarrollan los acontecimientos en forma lineal, provocando algunas fracturas temporales en cuanto a la recurrencia de los personajes por mencionar hechos del pasado.
Juicio Crítico
Esta obra, representa en sí la visión de un hombre lleno de ambiciones y decepciones pues no ha sido capaz de que tener una vida socialmente aceptada, ni lograr surgir en su vida. Además uno de sus hijos es un completo holgazán que está en conflicto con su padre no lograr ayudarlo para vencer las dificultades por las que pasa su familia, lo que conlleva un trágico final: el suicidio de Willy, con el fin aparente de que su familia cobre el seguro que estaba comprometido.
A mi parecer, resulta interesante reflexionar cada una de las actitudes que adopta cada personaje frente a el fracaso económico de la familia Loman, el idealismo que se presenta en los personajes al intentar buscar soluciones a sus dificultades, y de cómo cada una de estas posibles soluciones va fracasando paulatinamente. A través de todas ellas nos damos cuenta de los vicios sociales existentes no sólo en el contexto sociocultural en que se produce esta obra, sino más bien aquellos existentes hasta hoy en nuestra sociedad, la poca empatía posee algunos personajes que no quisieron ayudar Willy en sus problemas (por ejemplo cuando el personaje pide un nuevo puesto de trabajo). Estos temas pueden resultar muy provechos para desarrollarlos como objetivos fundamentales trasversales. Con esto podemos conocer la postura de los estudiantes frente a algunos temas valóricos que están implícitos en esta obra.
Conclusión
Puedo concluir diciendo que me parece una obra excelente, que intenta mostrar comportamiento humano cuando aparecen dificultades y problemas económicos, y como poco a poco éstos nos van envolviendo hasta lograr perjudicar la tranquilidad de nuestras vidas, hecho que, por lo demás, está muy presente en la sociedad actual.
La obra presenta en sí la historia de personajes que viven de las apariencias, que prefieren mantener una buena imagen, personajes llenos de orgullo, que no se atreven a aceptar su propia realidad, es decir, que están sumidos en una crisis económica.
Esta obra nos deja muchas enseñanzas en cuanto a las actitudes que somos capaces de adoptar para conseguir una mejor posición social, y las consecuencias a las que se puede llegar al no conseguir estas metas. La obra de Miller puede servir a nuestros estudiantes para reflexionar acerca de diversos temas, por ejemplo la desigualdad, la ambición, y uno de los temas que también es rescatable en esta obra es la mediocridad de Biff, quien no asume una buena actitud para conseguir que su padre no cometiera ese suicidio y la repercusión que puede tener en la vida de alguien presenciar un hecho como el presenciado por éste: enterarse de que su padre engañaba a Linda, su esposa. Pero, sin duda el hecho más relevante que se debe rescatar en esta obra dramática es la importancia de la vida y resaltar el verdadero valor que ésta posee.
[1] MILLER, Arthur. La muerte de un viajante. 1997. México. Editorial Océano de México. Págs. 17-18.
[2] Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation.
Destacaremos los aspectos más generales, como por ejemplo el género literario y subgénero al que pertenece la obra; y otros más particulares, por ejemplo los personajes y su función en el desarrollo de la historia, el ambiente en que transcurren los hechos, el argumento, localización del fragmento, el lenguaje utilizado por el escritor, entre otros.
Por último, se planteará un juicio crítico respecto a los diversos temas tratados en esta obra, intentando buscar respuestas al modo de actuar de los personajes, haciendo hincapié en la caracterización sociocultural que se presenta en la obra de Miller.
LA MUERTE DE UN VIAJANTE
(Arthur Miller)[1]
(Fragmento)
Hay ahora luz en el cuarto de los muchachos. Sin que se le vea, se oye a Willy hablar consigo mismo:”Ciento treinta kilómetros” y una risita. Biff sale de la cama, se adelanta un poco y escucha atentamente. Es dos años mayor que su hermano Happy; es apuesto, pero estos días parece abatido y menos seguro de sí mismo. Ha prosperado menos y sus sueños son mayores y menos aceptables que los de Happy. Éste es alto y atlético. La sexualidad es en él algo visible o un aroma que muchas mujeres han descubierto. Como su hermano, está desorientado, pero de un modo distinto, porque no se ha permitido pensar en la derrota y está por ello más confuso y endurecido, aunque aparentemente más contento.
Happy (saliendo de la cama):-Le van a quitar la licencia, si sigue así. Me está preocupando, ¿sabes?
Biff:- Está perdiendo la vista.
Happy:-No, he ido con él coche. Ve muy bien. Lo que pasa es que se distrae. Fui con él al centro la semana última. Se detiene ante la luz verde, cuando aparece la roja, se pone en marcha. (Se ríe)
Biff:- Tal vez no distinga los colores.
Happy:-¿Papá? Es el que más sabe de colores en el negocio. Lo sabes muy bien.
Biff (sentándose en la cama):-Voy a dormir.
Happy:- No seguirás enfadado con papá, ¿verdad, Biff?
Biff:-Creo que ya se le ha pasado.
Willy (debajo de ellos, en la sala):-Sí, señor, ciento treinta kilómetros, ciento treinta y tres…
Biff:-¿estas fumando?
Happy (ofreciéndole una cajetilla de cigarros): -¿Quieres uno?
Biff (tomando un cigarro): -No puedo dormir en cuanto huelo a tabaco.
Willy: -¡Qué manera de limpiar el coche!
Análisis del Fragmento
La Muerte de un Viajante, es considerada como una de las mejores obras contemporáneas teatrales. Fue escrita por el dramaturgo estadounidense Arthur Miller, en el año 1949. Después de haber escrito obras como: Todavía crece la Hierba, Un hombre Con mucha Suerte, Todos eran mis Hijos; teniendo esta última un mayor éxito. Posteriormente publicó algunas obras con bastante éxito, entre las cuales cabe mencionar: Las brujas de Salem (1953); Panorama desde el Puente (1955); Después de la Caída (1963); que evoca el periodo de su matrimonio con la actriz Marilyn Monroe; Incidente en Vichy (1964). También destacan algunas obras de carácter memorialístico: Al correr de los años. Ensayos reunidos (1944-2001). Miller fallece el 10 de febrero de 2005 en Roxbury, Connecticut.
Se puede decir que Miller no fue un autor didáctico y que su pensamiento está situado más bien en el lado de la moralidad que en el político. Sus protagonistas son hombres corrientes despojados trágicamente de sus seguridades. En sus creaciones denunció con insistencia la mentira del sueño americano, así como la responsabilidad individual y colectiva del hombre en el advenimiento de los desastres que se han sucedido a lo largo de la historia[2].
El fragmento se sitúa en al primer acto, cuando aparecen por primera vez los hijos del protagonista entablando una conversación, en su habitación, mientras Willy habla solo, en la sala, de la velocidad a la que conducía su auto.
La trascendencia de este fragmento en el desarrollo de la historia es que, a partir de éste, comienzan a aflorar las dificultades por las que está pasando la familia de Willy. Si bien es cierto, los episodios que preceden a este fragmento dejan entrever que el viajante tiene algunos problemas, pues ha chocado su automóvil, en este fragmento se presenta un nuevo conflicto, se nos habla de el enfado de Biff con su padre, sin mencionar el porqué.
Posteriormente, los acontecimientos se van desarrollando con mayor complejidad, se empiezan a acentuar los conflictos económicos por los que pasa la familia Loman. Se hace referencia a que en varias ocasiones Willy ya había chocado, y que el seguro comprometido aseguraba que estos accidentes no eran casuales, sino más bien provocados por el viajante.
Por otra parte, se percibe en la obra dramática que Biff está en constante conflicto con su padre debido a su mediocridad, puesto que en todos estos años no ha sido capaz de surgir, y decidió dejar tempranamente la casa de sus padres e independizarse. Este hecho fue producido por una situación que presenció Biff cuando encontró a su padre con otra mujer que no era su madre. A diferencia de Biff, su hermano menor, Happy, ha tenido una mejor suerte laboral y ha vivido siempre con sus padres
A partir de los hechos mencionados anteriormente, se irán presentando nuevos problemas, por ejemplo el intento fracasado de Biff para buscar trabajo. Por otra parte, Wiily es despedido del suyo, y rechaza el puesto de trabajo que le ofrece Charley, su amigo. La única ayuda que de él acepta un préstamo que nunca será devuelto, pues Willy decide suicidarse, tras no encontrar una salida satisfactoria a sus dificultades.
Esta obra pertenece al género Dramático y su carácter es trágico, pues en ella concluye en el funesto suicidio de Willy Loman, tras reflexionar acerca de su vida y de los problemas por los que pasa su familia.
La muerte de un viajante tiene como argumento los problemas a los que se ve enfrentada una familia norteamericana, que tiene su sustento en sólo en Willy, un viajante que siente una gran angustia existencial cuando comienza a reflexionar sobre su vida. En cuanto al argumento del fragmento, se puede decir que es una discusión entre Happy y Biff, acerca del descuido de su padre para conducir y de que capacidades posee Willy para esto.
De lo anterior podemos desprender, que el tema central del fragmento es la preocupación que sienten Biff y Happy por su padre, en relación a las capacidades del padre para conducir. En cuanto al tema de la obra dramática es la angustia que siente el protagonista por las dificultades de su vida. Lo que conlleva a su suicidio.
Los personajes que aparecen en el fragmento son: Willy, protagonista de la obra; Biff y Happy, hijos de Willy, estos además cumplen la función de personajes secundarios en el fragmento. Son caracterizados de manera activa, pues son capaces de generar propios puntos de vista con relación a un mismo acontecimiento, en el caso del fragmento sería la capacidad del padre para manejar y distinguir los colores.
En cuanto a la ambientación se puede decir que no se hacen grandes descripciones, en este fragmento. Sin embargo podemos saber que hay un auto en escena pues Willy hace mención a éste: “-¡Qué manera de limpiar el coche!”. Además, se pude saber a través de lo que dicen lo personajes y del discurso acotacional que los Biff y Happy se encuentran en un dormitorio en el segundo piso, abajo en la sala se encuentra Willy: “Hay ahora luz en el cuarto de los muchachos…”; “Biff (sentándose en la cama):-Voy a dormir.”; “Willy (debajo de ellos, en la sala…”.
En cuanto al lenguaje utilizado por los personajes, Miller decide escribir su obra en un registro informal.
Los acontecimientos dentro del fragmento son estructurados de la siguiente forma: el inicio, que comienza con el discurso acotacional en el cual se dan detalles físicos y psicológicos de los personajes, y algunas descripciones del ambiente y la ubicación de los personajes.
Podemos decir que el desarrollo de los acontecimientos ocurre cuando los personajes comienzan su diálogo, hasta cuando decide terminar la conversación con su hermano. (“Biff (sentándose en la cama):-Voy a dormir”).
El clímax del fragmento se encuentra en la pregunta que hace Happy a su hermano: “No seguirás enfadado con papá, ¿verdad, Biff?”; y la respuesta por parte de éste: “Biff:-Creo que ya se le ha pasado”. A partir de este hecho se produce una decadencia en la acción y los personajes cambian la temática de su conversación.
De lo dicho anteriormente, podemos desprender que después de esta respuesta por parte de Biff se produce el quiebre de la acción provocando un descenso en el fragmento y su desenlace.
La narración se presenta a través del diálogo de los personajes y a la vez podemos conocer los acontecimientos por medio del discurso Acotacional. En este sentido es muy importante destacar que este discurso cumple un rol fundamental, pues es este quien nos ayuda a conocer con mayor cabalidad los que los personajes realizan mientras dialogan e incluso los hechos que han ocurrido con anterioridad.
La disposición de los hechos se presenta en forma lineal, es decir, convergen hacia el desenlace de manera progresiva. Sin embargo, podemos encontrar el en fragmento algunas fracturas temporales, pues, a pesar de que la narración está presentada de manera lineal, los personajes mencionan hechos ocurridos con anterioridad: “Happy:-No, he ido con él coche. Ve muy bien. Lo que pasa es que se distrae. Fui con él al centro la semana última…”. Pero también en encontramos este tipo de fractura temporal en la acotación: “…Happy; es apuesto, pero estos días parece abatido y menos seguro de sí mismo. Ha prosperado menos y sus sueños son mayores y menos aceptables que los de Happy...”
Es necesario hacer referencia que en la obra dramática, sobre todo en el segundo acto presenta varios flashback, en los que los personajes recuerdan hechos ocurridos en el pasado y que se entremezclan con los hechos que ocurren en el presente de la historia.
Es relevante destacar que esta obra posee una particularidad respecto de las obras dramáticas tradicionales, pues sólo posee dos actos (no tres, como sería lo tradicional), y además un Réquiem, que corresponde a un breve diálogo de los personajes después de la trágica muerte del protagonista.
Podemos encontrar en el fragmento algunos elementos que cumplen la función de elementos catalíticos: “Willy (debajo de ellos, en la sala):-Sí, señor, ciento treinta kilómetros, ciento treinta y tres…”
En resumen, Arthur Miller presenta en esta obra los conflictos por los que pasa Wiily, quien, tras reflexionar sobre su vida, no encuentra otra salida a sus dificultades. En torno a esta temática gira toda la obra, constantes problemas que se van sumando uno tras otro, lo que causará una completa decepción al protagonista encontrando sólo la salida a ellos, en el suicidio.
En el fragmento podemos encontrar dos tipos de discursos: Acotacional, con el que podemos conocer lo que los personajes realizan cuando conversan, y algunas características físicas y psicológicas de ellos; y el Diálogo en sí de los personajes.
Otro aspecto fundamental es que en el fragmento se desarrollan los acontecimientos en forma lineal, provocando algunas fracturas temporales en cuanto a la recurrencia de los personajes por mencionar hechos del pasado.
Juicio Crítico
Esta obra, representa en sí la visión de un hombre lleno de ambiciones y decepciones pues no ha sido capaz de que tener una vida socialmente aceptada, ni lograr surgir en su vida. Además uno de sus hijos es un completo holgazán que está en conflicto con su padre no lograr ayudarlo para vencer las dificultades por las que pasa su familia, lo que conlleva un trágico final: el suicidio de Willy, con el fin aparente de que su familia cobre el seguro que estaba comprometido.
A mi parecer, resulta interesante reflexionar cada una de las actitudes que adopta cada personaje frente a el fracaso económico de la familia Loman, el idealismo que se presenta en los personajes al intentar buscar soluciones a sus dificultades, y de cómo cada una de estas posibles soluciones va fracasando paulatinamente. A través de todas ellas nos damos cuenta de los vicios sociales existentes no sólo en el contexto sociocultural en que se produce esta obra, sino más bien aquellos existentes hasta hoy en nuestra sociedad, la poca empatía posee algunos personajes que no quisieron ayudar Willy en sus problemas (por ejemplo cuando el personaje pide un nuevo puesto de trabajo). Estos temas pueden resultar muy provechos para desarrollarlos como objetivos fundamentales trasversales. Con esto podemos conocer la postura de los estudiantes frente a algunos temas valóricos que están implícitos en esta obra.
Conclusión
Puedo concluir diciendo que me parece una obra excelente, que intenta mostrar comportamiento humano cuando aparecen dificultades y problemas económicos, y como poco a poco éstos nos van envolviendo hasta lograr perjudicar la tranquilidad de nuestras vidas, hecho que, por lo demás, está muy presente en la sociedad actual.
La obra presenta en sí la historia de personajes que viven de las apariencias, que prefieren mantener una buena imagen, personajes llenos de orgullo, que no se atreven a aceptar su propia realidad, es decir, que están sumidos en una crisis económica.
Esta obra nos deja muchas enseñanzas en cuanto a las actitudes que somos capaces de adoptar para conseguir una mejor posición social, y las consecuencias a las que se puede llegar al no conseguir estas metas. La obra de Miller puede servir a nuestros estudiantes para reflexionar acerca de diversos temas, por ejemplo la desigualdad, la ambición, y uno de los temas que también es rescatable en esta obra es la mediocridad de Biff, quien no asume una buena actitud para conseguir que su padre no cometiera ese suicidio y la repercusión que puede tener en la vida de alguien presenciar un hecho como el presenciado por éste: enterarse de que su padre engañaba a Linda, su esposa. Pero, sin duda el hecho más relevante que se debe rescatar en esta obra dramática es la importancia de la vida y resaltar el verdadero valor que ésta posee.
[1] MILLER, Arthur. La muerte de un viajante. 1997. México. Editorial Océano de México. Págs. 17-18.
[2] Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation.
Análisis del poema “Si una Rosa Infinita me Estallase en el Pecho”
de Antonio Gamoneda.
A partir del modelo de análisis de textos líricos, he seleccionado algunas de las etapas para realizar el comentario del texto lírico “Si una rosa infinita me estallase en el pecho", del escritor español Antonio Gamoneda (1931), poniendo especial énfasis en la estructura de la significación que se puede deprender del poema.
La obra de este escritor podría resumirse como un diálogo personal con el tiempo.[1] El texto está incluido en el libro La Tierra y los Labios de los años 1947-1953, y corresponde a una de las primeras obras poéticas del autor. Otras obras destacadas del poeta son Sublevación Inmóvil (1953-1959), Blues Castellanos (1961-1966), Pasión de la Mirada (1963-1970), entre otros. Es importante señalar en este punto que este poeta obtuvo el premio Cervantes en el año 2006.
En una primera lectura se pueden desprender ideas como la identificación de la interpelación que el poeta hace a un tú, pues está constantemente interrogándolo, señala que el tú poético siempre está en sombras y que la noche se encuentra en sus labios y en su casa. Esto se verifica a través de la incorporación de preguntas retóricas, con las que establece una conexión con su interlocutor, esto genera la ilusión de que el poema está dialogando con sus lectores. Podemos decir también que en la primera lectura se percibe un deseo de concreción amorosa hacia su interlocutor o tú poético.
En el análisis de la métrica que posee el poema puedo señalar que está compuesto por dos estrofas, la primera posee seis versos y la segunda es de cuatro versos. Las sílabas métricas son variadas, se pueden encontrar versos de trece, catorce y quince sílabas. En la versificación del poema no se identifica ningún tipo de rima, por lo que puedo señalar que el poema posee una rima libre.
Otro punto a analizar es la sintaxis poética, es decir la estructuración y disposición de las oraciones dentro del texto. En este nivel pudo señalar que las oraciones no presentan alteraciones del orden canónico, su disposición es siempre Sujeto-Verbo-Objeto. Es necesario señalar que en este nivel el autor incorpora preguntas retóricas, las que interviene para incluir comentarios respecto de su interlocutor.
En cuanto al análisis de la estructura de significación del poema, puedo señalar que texto incorpora, en el nivel semántico, figuras retóricas como la hipérbole, por ejemplo en el verso: “Si una rosa infinita me estallase en el pecho”. Esta figura le permite al poeta presentar en forma exagerada el dolor. Como ya se mencionó existen en preguntas retóricas que el poeta interrumpe para hacer aclaraciones, los que el autor pretende demostrar ciertos rasgos que el Tú poético posee. El texto también presenta figuras de personificación en el verso: “con cabellos de insomnio galopando en mi frente”, con lo que el autor logra generar una situación irreal.
En el nivel de la connotación puedo señalar que en el poema se siempre un tono dubitativo, esto debido a que no se responde las preguntas planteadas, del tú lírico sólo conocemos dos rasgos, estos son que él vive en sombras y que la noche se refugia en los labios y en la casa del tú. También la duda está dada por no que mismo autor desconoce cómo reaccionaría este interlocutor frente a determinadas situaciones. Lo más probable, centrándonos en lo que calla el poema, es que este tú intente alejarse y reaccione en forma contraria a los deseos del poeta. Es por esto que se presentan las intervenciones en el texto, para aclarar la frialdad del tú representada con el símbolo de la noche y las sombras.
El yo lírico en el texto nos plantea situaciones exageradas e irreales, con las que pretende poner en una confusión al interlocutor, el escritor plantea interrogantes que son muy difíciles de responder, las manos sedientas del yo poético simbolizan la ansiedad por conocer las respuestas. Además el símbolo de las manos sedientas se puede interpretar como el deseo de concreción amorosa del hablante lírico hacia su interlocutor. Sumado a lo anterior, tenemos el verso “con cabellos de insomnio galopando en mi frente”, en el cual se expresa que el mismo hablante no puede dormir frente a la ansiedad y al dolor que podría provocar el rechazo de su interpelado.
El verso “¿dejarías que se fuese removiendo las sombras”, podemos identificar que existe una identificación del tú poético con las sombras y que el hablante desea estar cercano a ellas, a pesar de su frialdad. El texto también no presenta una comparación en este mismo verso, con ello se produce una analogía entre los primeros versos de la segunda estrofa, pues se señala que una rama de fuego brota en la lengua y posterior mente se transforma en un viento de noche, es decir se contrapone el calor con el frío, el primero representado por el yo poético y el segundo por el tú.
A modo de conclusión puedo señalar que en el texto podemos identificar la voz del poeta, dirigida hacia un tú poético al cual realiza preguntas caracterizadas por la exageración. Las preguntas son intervenidas para dar paso a comentarios sobre el tú, con lo cual se pueden desprender algunas características que el autor atribuye a su interlocutor. El hecho de que el autor incorpore estas preguntas genera la ilusión de que nos se está interrogando directamente al lector, es decir se genera un diálogo entre poeta y lector.
Por último, puedo señalar que el texto muestra como la frialdad de este tú lírico esta en todo su cuerpo y en su entorno, como se señala en los últimos versos. El yo poético en este sentido representaría el calor, el deseo, la ansiedad, en cambio su interlocutor representa el frío, el rechazo, la indiferencia; es decir, se presentan dos polos opuestos en el texto.
Anexo
Si una rosa infinita me estallase en el pecho
Si una rosa infinita me estallase en el pecho hipérbole
y, al llegar al crepúsculo, floreciera en mis labios
¿dejarías que se fuese removiendo las sombras pregunta retórica
-porque vives en sombras- con mis manos sedientas,
con cabellos de insomnio galopando en mi frente, personificación
a ponerla despacio en tus hombros nocturnos?
Si una rama de fuego brotase en la lengua,
¿dejarías que fuese como un viento en la noche Pregunta retórica/ Comparación
- esa noche que tienes en tu voz y en tu casa-
a decirte palabras en la espalda desnuda?
[1] En línea: http://members.fortunecity.es/mundopoesia/autores/antonio_gamoneda.htm
de Antonio Gamoneda.
A partir del modelo de análisis de textos líricos, he seleccionado algunas de las etapas para realizar el comentario del texto lírico “Si una rosa infinita me estallase en el pecho", del escritor español Antonio Gamoneda (1931), poniendo especial énfasis en la estructura de la significación que se puede deprender del poema.
La obra de este escritor podría resumirse como un diálogo personal con el tiempo.[1] El texto está incluido en el libro La Tierra y los Labios de los años 1947-1953, y corresponde a una de las primeras obras poéticas del autor. Otras obras destacadas del poeta son Sublevación Inmóvil (1953-1959), Blues Castellanos (1961-1966), Pasión de la Mirada (1963-1970), entre otros. Es importante señalar en este punto que este poeta obtuvo el premio Cervantes en el año 2006.
En una primera lectura se pueden desprender ideas como la identificación de la interpelación que el poeta hace a un tú, pues está constantemente interrogándolo, señala que el tú poético siempre está en sombras y que la noche se encuentra en sus labios y en su casa. Esto se verifica a través de la incorporación de preguntas retóricas, con las que establece una conexión con su interlocutor, esto genera la ilusión de que el poema está dialogando con sus lectores. Podemos decir también que en la primera lectura se percibe un deseo de concreción amorosa hacia su interlocutor o tú poético.
En el análisis de la métrica que posee el poema puedo señalar que está compuesto por dos estrofas, la primera posee seis versos y la segunda es de cuatro versos. Las sílabas métricas son variadas, se pueden encontrar versos de trece, catorce y quince sílabas. En la versificación del poema no se identifica ningún tipo de rima, por lo que puedo señalar que el poema posee una rima libre.
Otro punto a analizar es la sintaxis poética, es decir la estructuración y disposición de las oraciones dentro del texto. En este nivel pudo señalar que las oraciones no presentan alteraciones del orden canónico, su disposición es siempre Sujeto-Verbo-Objeto. Es necesario señalar que en este nivel el autor incorpora preguntas retóricas, las que interviene para incluir comentarios respecto de su interlocutor.
En cuanto al análisis de la estructura de significación del poema, puedo señalar que texto incorpora, en el nivel semántico, figuras retóricas como la hipérbole, por ejemplo en el verso: “Si una rosa infinita me estallase en el pecho”. Esta figura le permite al poeta presentar en forma exagerada el dolor. Como ya se mencionó existen en preguntas retóricas que el poeta interrumpe para hacer aclaraciones, los que el autor pretende demostrar ciertos rasgos que el Tú poético posee. El texto también presenta figuras de personificación en el verso: “con cabellos de insomnio galopando en mi frente”, con lo que el autor logra generar una situación irreal.
En el nivel de la connotación puedo señalar que en el poema se siempre un tono dubitativo, esto debido a que no se responde las preguntas planteadas, del tú lírico sólo conocemos dos rasgos, estos son que él vive en sombras y que la noche se refugia en los labios y en la casa del tú. También la duda está dada por no que mismo autor desconoce cómo reaccionaría este interlocutor frente a determinadas situaciones. Lo más probable, centrándonos en lo que calla el poema, es que este tú intente alejarse y reaccione en forma contraria a los deseos del poeta. Es por esto que se presentan las intervenciones en el texto, para aclarar la frialdad del tú representada con el símbolo de la noche y las sombras.
El yo lírico en el texto nos plantea situaciones exageradas e irreales, con las que pretende poner en una confusión al interlocutor, el escritor plantea interrogantes que son muy difíciles de responder, las manos sedientas del yo poético simbolizan la ansiedad por conocer las respuestas. Además el símbolo de las manos sedientas se puede interpretar como el deseo de concreción amorosa del hablante lírico hacia su interlocutor. Sumado a lo anterior, tenemos el verso “con cabellos de insomnio galopando en mi frente”, en el cual se expresa que el mismo hablante no puede dormir frente a la ansiedad y al dolor que podría provocar el rechazo de su interpelado.
El verso “¿dejarías que se fuese removiendo las sombras”, podemos identificar que existe una identificación del tú poético con las sombras y que el hablante desea estar cercano a ellas, a pesar de su frialdad. El texto también no presenta una comparación en este mismo verso, con ello se produce una analogía entre los primeros versos de la segunda estrofa, pues se señala que una rama de fuego brota en la lengua y posterior mente se transforma en un viento de noche, es decir se contrapone el calor con el frío, el primero representado por el yo poético y el segundo por el tú.
A modo de conclusión puedo señalar que en el texto podemos identificar la voz del poeta, dirigida hacia un tú poético al cual realiza preguntas caracterizadas por la exageración. Las preguntas son intervenidas para dar paso a comentarios sobre el tú, con lo cual se pueden desprender algunas características que el autor atribuye a su interlocutor. El hecho de que el autor incorpore estas preguntas genera la ilusión de que nos se está interrogando directamente al lector, es decir se genera un diálogo entre poeta y lector.
Por último, puedo señalar que el texto muestra como la frialdad de este tú lírico esta en todo su cuerpo y en su entorno, como se señala en los últimos versos. El yo poético en este sentido representaría el calor, el deseo, la ansiedad, en cambio su interlocutor representa el frío, el rechazo, la indiferencia; es decir, se presentan dos polos opuestos en el texto.
Anexo
Si una rosa infinita me estallase en el pecho
Si una rosa infinita me estallase en el pecho hipérbole
y, al llegar al crepúsculo, floreciera en mis labios
¿dejarías que se fuese removiendo las sombras pregunta retórica
-porque vives en sombras- con mis manos sedientas,
con cabellos de insomnio galopando en mi frente, personificación
a ponerla despacio en tus hombros nocturnos?
Si una rama de fuego brotase en la lengua,
¿dejarías que fuese como un viento en la noche Pregunta retórica/ Comparación
- esa noche que tienes en tu voz y en tu casa-
a decirte palabras en la espalda desnuda?
[1] En línea: http://members.fortunecity.es/mundopoesia/autores/antonio_gamoneda.htm
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